VENEZUELA ENVUELTA EN EL TEMOR

Por Hernán Maldonado

El temor se apoderó de los venezolanos ante su incierto político inmediato porque nadie con seguridad sabe qué es lo que va a ocurrir en los próximos días, excepto los jerarcas oficialistas.

"Nosotros sabemos lo que vamos a hacer. Ustedes preocúpense de lo que van a hacer", recomendó a los opositores Diosdado Cabello, que el sábado fue reelegido como presidente de la Asamblea Nacional (AN).

Hugo Chávez, reelegido el 7 de octubre para el periodo 2013-2019 debe tomar posesión el 10 de enero (10E). El problema es que Chávez se halla desde diciembre en Cuba gravemente enfermo.

Todo hace pensar que Chávez no podrá. La Constitución establece que el 10E acaba y empieza el periodo presidencial y que si el mandatario electo no se presenta, debe asumir el titular de la AN y convocar a nuevas elecciones en 30 días.

La Constitución también establece que por causas "sobrevenidas", Chávez podría tomar posesión ante el Tribunal Supremo de Justicia. Aunque no lo dice, jamás eso podría realizarse en el extranjero, como insinuó Cabello.

El oficialismo estima que la enfermedad de Chávez, un cáncer terminal, es una "causa sobrevenida", por lo que es procedente aplazar su posesión. Peor todavía, altos jerarcas estiman que ese acto es solo una "formalidad" que puede obviarse.

El vicepresidente Nicolás Maduro, lo mismo que Cabello, enarbola la teoría de que Chávez fue elegido por el pueblo y que por lo tanto debe esperarse hasta que se sane. Eso implica violar la Constitución, porque en ningún lado establece continuidad en caso de que el reelecto sea el mismo presidente en ejercicio.

Como Maduro tampoco puede permanecer en el cargo más allá del 10E, lo más probable es que Cabello asuma hasta que Chávez pueda jurar. A la espera de superar sus actuales problemas, podría operar un permiso temporal de 90 días prorrogables por otros 90, antes de declararse la falta absoluta, lo que obligaría a las elecciones en 30 días.

Expertos médicos especulan que Chávez, si supera su cuarta operación del 11 de diciembre, podría sobrevivir hasta abril. Las más reciente cirugía solo fue para evitarle atroces dolores porque el cáncer (secreto de Estado) hizo metástasis y ya no hay nada por hacer.

Por otra parte, reputados constitucionalistas venezolanos, sostienen que la enfermedad de Chávez no es "causa sobrevenida" (estaba enfermo desde antes de su elección), como lo sería, por ejemplo, el que por algún motivo no se hubiera podido reunir la AN para tomarle juramento.

Pero al margen de lo legal, el temor de los venezolanos es el repotenciado odio oficialista contra los opositores. "Que nadie se equivoque porque vamos a poner al pueblo en la calle", amenaza Cabello.

En 14 años Chávez dividió Venezuela entre simpatizantes y opositores y en numerables ocasiones los ha amenazado terriblemente. Ese odio pudo verse el sábado cuando Cabello virtualmente ignoró a los diputados opositores, casi un 40% de la AN.

Aprovechó la mayoría oficialista para que todos los cargos directivos estén en sus manos. Los diputados opositores fueron vejados y al menos tres de ellos agredidos a la salida por fanáticos chavistas.

Recordé el incendiario discurso pronunciado el 23 de noviembre del 2007 por Chávez: "En el Este (de Caracas, donde vive la mayor parte de la clase media opositora) no quedará piedra sobre piedra, si algo me llegara a pasar…" Dios nos agarre confesados.