Lunes 24 de noviembre del 2008
CON EL SOL EN LAS ESPALDAS
Por
Hernán Maldonado
Los fríos números dicen que el coronel Hugo Chávez ganó en 17 de las 22 gobernaciones que estuvieron en disputa y en base a ello algunas respetables agencias internacionales le atribuyeron un "resonante triunfo" en las elecciones regionales del domingo pasado.
El propio Chávez, en un mensaje que parecía dirigido a dolientes, en la madrugada del lunes, se ufanó de su "clara victoria que significa que la revolución bolivariana continúa, supuestamente en los términos que él ha impuesto desde hace una década.
La realidad de lo ocurrido el domingo en Venezuela es otra. Es la ratificación de que la mayoría del pueblo está cansado de la satrapía. Los más importantes estados del país cayeron en manos de la oposición y hasta la alcaldia mayor de Caracas estará en manos de un rival de Chávez.
En tiempos antiguos los caraqueños que solían jactarse de su ciudad gustaban de un dicho con aires de menosprecio a la provincia: "Caracas es Caracas y lo demás es monte", quizás alentados también por aquella parte de su himno nacional que habla del "ejemplo que Caracas dió" en los días de la independencia.
Apostaría que muchos políticos opositores recordaron el viejo dicho porque la Gran Caracas, con sus casi seis millones de habitantes, se pronunció por candidatos opositores, empezando por Antonio Ledezma, némesis de Chávez, ganador de la Alcaldia Mayor.
Excepto en el pequeño municipio Libertador, en los otros cuatro grandes municipios caraqueños ganaron los opositores. Chávez tiene que haberse sentido dolido porque Aristóbulo Isturiz, su candidato, perdió sin atenuantes.
Otros gran golpe a Chávez se lo propinó en el Estado Miranda Henrique Capriles, quien se impuso sobre el mimado gobernador chavista Diosdado Cabello. En ese estado vive la mitad de los caraqueños.
Otro golpe al hígado fue el triunfo de Enrique Salas Feo como gobernador de Carabobo, quien superó a Mario Silva, un deslenguado locutor especializado en inundar con obscenidades a los opositores desde un programa en la televisora oficial.
Chávez se desgañitó durante semanas a favor de sus candidatos y apostó duro por ellos. Las 17 gobernaciones en las que ganó no tienen la importancia cuantitativa ni cualitativa de las cinco que capturó la oposición.
En el Zulia, el emporio de la riqueza petrolera venezolana, Pablo Pérez le dio un duro revés al chavismo y en el Táchira, la frontera donde operan casi impunemente las narcoguerrillas colombianas, César Pérez Vivas fue el vencedor. Grave revés al chavismo. La oposición retuvo el estado insular de Nueva Esparta.
Todavia no hay resultados de otros 300 municipios y a medida que pasan las horas se revelan fechorias chavistas en muchos centros de votación, como el el Estado Barinas, donde el hermano del presidente, Adan Chávez, ganó por estrecho margen. El resultado es impugnado por su rival Julio Cesar Reyes, un ex chavista, que está convocando a la resistencia civil, a despecho a las amenazas de Chávez de sacar los tanques a las calles.
Acudieron a votar 11.053.021 electores (65.45 por ciento) de un total de 16.897.734 inscriptos. Por los estados en los que ganó la oposición y su importancia en el caudal electoral, los resultados son una rotunda ratificación del referendo de diciembre del 2007, cuando los venezolanos le dijeron NO a la ambición chavista de perpetuarse en el poder.
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