Domingo 16 de octubre del 2005
RODRIGUEZ NO FUE A SEVILLA
Por
Hernán Maldonado
Hace muchos años, cuando todavía no había televisión, los niños de la vecindad nos reuníamos al atardecer en los patios de nuestras casas para mantener vigentes juegos tradicionales que los españoles trasladaron al continente y que tan bien han sido documentadas por don Gustavo Adolfo Otero (Vida Social en el Coloniaje).
Una de ellas consistía en apoderarse de un asiento al menor descuido de su ocupante con la entonación de la frase: "El que va a Sevilla, pierde su silla". Ocurrían dos cosas: el desocupado se resignaba a la nueva situación y esperaba una nueva oportunidad para hacer lo mismo, o retomaba su puesto a la fuerza diciendo: "Yo fui a Granada y no pierdo nada".
Esto que era un sano entretenimiento infantil se me viene a la memoria con la tozuda posición asumida por algunos miembros de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) de negarle el regreso a la presidencia del magno tribunal a Eduardo Rodríguez, cuando éste deje en breve el cargo de Presidente de la República.
Varios de estos excelsos tribunos, en este partícular caso más papistas que el Papa, estiman que Rodríquez asumió su nuevo cargo sin haber pedido licencia de la CSJ. Es decir, "el que va a Sevilla..."
Pero el asunto no es tan sencillo. Nadie podía asegurar que los lamentables sucesos de junio terminarían como terminaron. Quizás el mayor sorprendido haya sido el propio Rodríguez porque lo sacaron casi de la cama para llevarlo a La Paz e imponerle la banda presidencial. Hasta estuvo alojado en un hotel en esas primeras horas.
Mientras las multitudes buscaban tomar Sucre por la fuerza, en momentos de gran confusión, de incertidumbre, dolor, luto, es obvio que era difícil llenar formalidades. Rodríguez fue puesto virtualmente a la fuerza donde ahora se halla. Repasen las circunstancias y verán que nada de esto es exageración.
Por eso es que la oposición de algunos jurisconsultos al regreso a su cargo de Rodríguez tiene todos los ingredientes de una horrible mezquindad. La Sala Plena ya se ha reunido en varias ocasiones sin haber logrado resolver el asunto.
Claro que en las leyes bolivianas no hay nada específico sobre situaciones como las que se presentaron y llevaron a Rodríguez al poder. En estos casos, el vacío legal, debe llenarse apelando a otras fuentes legales como la jurisprudencia, la historia, la doctrina y hasta el sentido común.
"La realidad social (como solía decir el profesor Alipio Valencia Vega) no es más que una acción humana y sólo admite una separación dialéctica, nunca mecánica, entre subjetividad y objetividad".
Ojalá lo entendiera así la actual CSJ dejándose de chicanerias propias de juzgado de pueblo porque, a todas luces, Rodríguez fue a Granada...
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