Domingo 5 de junio del 2005
¿Y AHORA QUE HACEMOS?
Por
Hernán Maldonado
Tres semanas de despelote es más que suficiente para llegar a la conclusión de que, como se dice en el dominó, el juego está trancado. Y cuando ocurre algo así hay que empezar de nuevo.
Por lo pronto, como ya se ha hecho tradicional cuando el agua llega al cuello, las partes en conflicto acuden a la mediación de la iglesia católica. Quizás es el último puente por cruzar.
Los "tatas" son convocados a desfacer entuertos tras haber fracasado todos los intentos para ponerse de acuerdo mediante el diálogo de la sociedad civil y sus autoridades.
¿Cuántos millones se han perdido en estas tres semanas? Lo único que ha ganado el país es titulares negativos en la prensa mundial. Porque son escasas las naciones que destrozan su infraestructura para hacerse oir.
Y más escasos aún son los países donde las autoridades sólo son de nombre porque no me digan que los factores de decisión han hecho siquiera el intento para reimplantar el Estado de Derecho en Bolivia.
El caos ha llegado a extremos de lo ridículo y lo trágico. Los vecinos de la zona sur armándose dizque para enfrentar a los vándalos que amenazan con asaltar las "casas de los ricos".
Campesinos apaleados por las juventudes cruceñistas o los atropellos a los encorbatados en La Paz en ese absurdo afán de "proletarizar" a las clases medias, así sea sólo simbólicamente.
Y qué decir de las huestes alteñas que ni saben lo que quieren si hemos de atenernos a sus consignas de lucha. Primero pedían reformas a la ley de hidrocarburos, de ahí saltaron a la nacionalización del gas y la convocatoria de una asamblea consituyente. Ahora piden la renuncia del presidente Carlos Mesa.
Qué se podría decir de dos coroneles trasnochados propugnando un golpe cívico-militar para nacionalizar los hidrocarburos. O del clamor de los que llegaron al Cuartel de Miraflores para pedirle al general Marcelo Antezana que reemplace a Mesa.
Los canales de televisión y las radioemisoras sirviendo de cajas de resonancia a los facinerosos que quieren pescar en río revuelto. Y no sólo esto, sino los llamados de algunos columnistas ilustres añorando los años recientes cuando a muchos revoltosos, como los que tenemos hoy día, desde las alturas del poder se les exhortaba a "andar con el testamento bajo el brazo".
El parlamento ni siquiera se pudo poner de acuerdo para sesionar y ha estado postergando sus convocatorias como si Bolivia no estuviera en llamas y no hubiera urgencia de dar salidas políticas a la crisis.
La negligencia obligó a Mesa a decretar la fecha de realización de los comicios para la Asamblea Constituyente y las autonomías y los lerdos "honorables", en lugar de recuperar la potestat que en la materia les otorga la ley, a lo que se han dedicado es atacar al Ejecutivo.
Todo parece haber fracasado. Como Mesa "quemó" la posibilidad de su renuncia, pienso que si la gestión de los "tatas" no prospera esta semana, el único camino que quedará es el adelantamiento de las elecciones. Aunque pare ello también habrá que ponerse de acuerdo.
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