Tierra Lejana-- Página de Hernán Maldonado




Regreso al comienzo




Gracias por
firmar el libro
de visitas




Artículo
anterior






Foro




Libros




CHAT ROOM
Tema Libre

Domingo 10 de marzo del 2002


LA DEMAGOGIA RAMPANTE

Por Hernán Maldonado


Hace cinco años, en el programa "De cerca" de la cadena PAT, el ex presidente Jaime Paz Zamora, en tono paternalista, se refirió a su interlocutor como "Carlitos" pero éste, ni corto ni perezoso, lo invitó a llamarlo simplemente Carlos porque si no, dijo, se vería tentado a llamarlo "Jaimito".

La entrevista con Carlos D. Mesa trascurrió luego sobriamente. El ex mandatario tenía todas las de perder porque, lo quiera o no, se hubiera visto asociado al personaje de los hilarantes cuentos que proliferan mundialmente.

A cinco años de aquello, ahora ambos están enfrentados en la arena política. Paz Zamora es el candidato presidencial del MIR y Mesa postula, como independiente, a la vicepresidencia por el MNR. No hay la posibilidad de una nueva entrevista o de un debate. "De cerca", ha quedado lejos.

Mesa se ha estrenado con un yerro fenomenal. Prometió devolverle a Sucre la sede de los poderes Legislativo y Ejecutivo abriendo en el país un debate regionalista tonto. Paz Zamora, por su lado, postula como inmediato programa de gobierno una "Asamblea Constituyente" para reformar la Constitución, lo que equivale a un mal chiste.

El que todo un ex presidente no sepa qué es una Asamblea Constituyente fue puesto de relieve por su propio correligionario, Hugo Carvajal Donoso, que dijo que su líder quiso decir "Congreso Constituyente". Aun así, la figura no existe en nuestro ordenamiento jurídico, según lo dictaminó el Tribunal Constitucional a una consulta del presidente del Congreso.

Y no es legal, porque la misma Constitución establece los mecanismos por los cuales puede ser modificada a si misma (La aprobación previa de una Ley de Necesidad de Reforma de la Constitución). Si no se sigue este camino, la otra posibilidad simplemente es el golpe de Estado, que al materializarse hace estallar en pedazos el marco legal.

Obviamente en el país (salvo el pintoresco y cascarrabias candidato antisistémico Alberto Costa Obregón, a pesar de ser un hombre de leyes), nadie favorece el quiebre violento de la institucionalidad.

Por esto, lo que surge claramente es que Paz Zamora - alarmado por el estancamiento de su candidatura en las preferencias del electorado - busca rescatar el principal planteamiento de Costa Obregón y morder por lo menos parte de ese 10 por ciento potencial que tiene el ex juez entre los votantes.

Desde el punto de vista legal, insisto, no hay viabilidad para una Asamblea o Congreso Constituyente, de manera que la propuesta de Paz Zamora tiene todos los visos de ser una oferta completamente demagógica. Una típica travesura política del hombre que "comete errores, pero no delitos".

En el supuesto de que Paz Zamora triunfara en las elecciones de junio, en los próximos 12 meses el país estaría embochinchado con la famosa "Asamblea Constituyente" postergándose la solución de graves problemas nacionales. Aprestándose ya al bochinche, el líder de la Coordinadora del Agua, Oscar Olivera, propugna una "Asamblea Popular".

Es completamente cierto que la actual Constitución necesita de reformas importantes, pero de ahí a pensar que la nueva solucionará nuestros problemas como por arte de magia, hay un buen trecho. Los "constitucionalistas" harían bien en ver dónde están Perú y Venezuela, cuyos gobiernos de Alberto Fujimori y Hugo Chávez lo primero que hicieron al asumir fue convocar a sendas Asambleas Constituyentes.

Además, las principales propuestas de reformas constitucionales, fueron hechas por un Consejo Ciudadano, nombrado a principios del 2001, que entregó su trabajo a fines del año pasado y que le ha costado al país 100.000 dólares.

El plan de Paz Zamora pareciera destinado a marear la perdiz porque en lugar de poner sobre el tapete las soluciones que propugna su partido a los grandes problemas nacionales, arma en Bolivia la sampablera al "robarse" las ideas de Costa Obregón y hace arder de rabia a los movimientistas al apoderarse de su eslogan de campaña: "si, se puede".

Si se repitiera la entrevista en PAT creo que, ésta vez sí, Mesa aceptaría ser llamado "Carlitos" para charlar con "Jaimito".





!-- Piwik -->