Chávez habló este lunes en televisión con un grupo de jóvenes universitarios venezolanos. Fue claro, conciso, directo, contundente. Parecía dominar todos los temas que se le plantearon y hasta sazonó algunos con comparaciones beisbolísticas, lo que encantó a sus interlocutores.

Al terminar la charla, hasta los que le endilgaron su pasado de golpista, parecian decididos a alzarlo en hombros.

Cuando uno de los jóvenes le preguntó cómo es que ahora se presentaba como un demócrata siendo así que ayer nomás violó la constitución al alzarse en armas contra un gobierno elegido por voto popular, el militar asumió un tono paternal.

Recordó que a veces los hombres "hacen lo que debe hacerse en determinado momento" y recordó al mozuelo que una vez también en Bolivia, el general Hugo Banzer fue "golpista" y que ahora por "voluntad de su pueblo" es un legítimo presidente constitucional.

Chávez se paseó triunfante ante otras preguntas, cuidando siempre que el televidente escuchara lo que quiere oir. Por ejemplo, esbozó unas hermosas ideas sobre lo que debe hacerse en materia de educación, seguridad social, seguridad ciudadana, eliminación de la burocracia, la creación de una policía nacional única, de la guerra contra la pobreza, etc.

Donde pareció cortar rabo y orejas fue cuando dijo que propiciará la creación de un cuarto poder del estado para aniquilar la corrupción. Se guardó los detalles.

Afirmó que su gobierno dialogará con representantes de todos los organismos internacionales, incluido el Fondo Monetario Internacional, "pero, el que hablemos y dialoguemos no quiere decir que haremos lo que esos organismos nos digan que hagamos. Venezuela es un país soberano", puntualizó y los universitarios estuvieron a punto de aplaudirlo.

Chávez no sólo dominó y cautivó a sus interlocutores, sino que se mostró nuevamente como un hombre que sabe como transmitir un mensaje por la televisión. Es el mismo de aquella madrugada de febrero de 1992, cuando preso fue obligado por el gobierno de Carlos Andrés Pérez (al que pensaba derrocar) a que se dirigiera a sus camaradas aún alzados para que depusieran las armas.

Quizás esa misma mañana nació el aura que acompaña a Chávez y que en este momento lo tiene muy cerca de la presidencia venezolana. Presentado ante el país por el vicealmirante Elías Daniels, el militar rebelde de ninguna manera parecía un hombre derrotado.

Tampoco le tembló la voz, aunque a unos metros había hombres con órdenes de pegarle un tiro en la nuca si se echaba atrás en la rendición que había acordado.

Chávez, en momentos en que todavía se producían los combates y caían muertos y heridos, parecía un descarado cuando comenzó: "En primer lugar quiero dar los buenos días a todo el pueblo de Venezuela..." Luego se dirigió a sus tropas insurrectas para decirles con aplomo que "lamentablemente por ahora (y subrayó la frase) los objetivos que nos planteamos no fueron logrados..."

Les exhortó a deponer las armas prometiéndoles que "ya vendrán nuevas situaciones. El país tiene que enrumbarse definitivamente hacia un destino mejor".

Si fue o no error de la clase política venezolana el presentarlo por televisión es cosa que se discutirá en el futuro. Por ahora la consigna del ex insurrecto es "votos si, balas no".

A cinco meses de los comicios su rival más cercana en las preferencias del electorado es la ex Miss Universo Irene Saez, quien acaba de perder unos buenos puntos tras un discurso en Barquisimeto donde prometió ingénuamente que si es elegida "Venezuela jugará en el próximo mundial de fútbol"

Dado el desplome de los dos partidos políticos tradicionales Acción Democrática (AD) y la Democracia Cristiana (Copei), casi no hay dudas que Chávez y Saez competirán por el sillón presidencial. La DC se ató ya al carro de la bella, mientras el Movimiento al Socialismo, la tercera fuerza política venezolana, apoya a Chávez,

Los flirteos de Chávez con Fidel Castro son el peor lastre que arrastra el candidato. Estados Unidos no le dio visa para un acto en Nueva York hace un par de meses y la poderosa burguesía venezolana tiene fundados temores por algunas ideas izquierdistas de la gente allegada al militar.

Una encuesta en un colegio privado de Caracas al que acuden los "hijitos de papá" estableció recientemente que la mayoría es pro-Chávez. Interrogado uno de los muchachos respondió: "Mi papá dice que si gana Chávez, con toda mi familia nos iremos a vivir a Miami".