Tierra Lejana-- Página de Hernán Maldonado




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Lunes 4 de junio del 2001


EN EL PAIS DEL "NO ME ACUERDO"

Por Hernán Maldonado


Cuando los esposos bolivianos Froilán Tórres y Marcelina Meneses llegaron hace 5 años a la Argentina tenían por equipaje sólo una tonelada de esperanzas. Pensaban que podrían abrirse paso allí como antes lo hicieron decenas de miles de inmigrantes. Se dedicaron a trabajar arduamente con el entusiasmo y la fuerza de sus 30 años. Redoblaron sus esfuerzos cuando llegó el primer hijo hace tres años, seguido por Alejandro Josua, hace 20 meses.

Hoy Froilán Tórres recorre las estaciones bonaerenses de Trenes Metropolitanos pegando rústicos carteles en los que pide testimonios de los pasajeros que vieron lo que le ocurrió a su esposa y al bebé el 10 de enero pasado. El fiscal de Instrucción Andrés Devoto espera que aparezcan esos testigos para que se pueda identificar al asesino y proceder a su juzgamiento.

El diario Clarín, en su edición del 23 de mayo, reveló el atroz asesinato. La información se conoció en Bolivia a través de un despacho de la agencia EFE que hizo un “levante” de lo publicado por el diario argentino, aunque posteriormente en Los Tiempos y La Prensa se transcribió el despacho de la fuente original.

Según Clarín hay un testigo de lo ocurrido y ese testimonio sirvió para que el fiscal Devoto iniciara las averiguaciones judiciales. Pero faltan más testigos. El tren iba poblado de pasajeros y es inverosímil que hayan transcurrido meses sin que nadie más se haya presentado a denunciar el caso.

¿O es que todavía Argentina es el “país del no me acuerdo” que inmortalizó Luis Puenzo en la excelente película La Historia Oficial?

El asesinato de Marcelina Meneses y su bebé se inscribe dentro de la intolerancia xenófoba que cultivan algunos sectores argentinos contra inmigrantes bolivianos, peruanos y paraguayos y que sin duda tiene connotaciones racistas, al tenor de la reseña de Clarín.

En apretada síntesis lo que ocurrió, según Clarín, fue que Marcelina Meneses, con el bebé en un brazo y unos bultos en la otra, abordó a las 9 de la mañana el tren en la estación de Temperley con destino a un hospital donde ambos tenían cita médica Marcelina habría chocado a un pasajero con sus bultos por lo que éste la espetó: “Boliviana de mierda ¿no mirás por dónde caminás?”

Enseguida se produjo una discusión con otros pasajeros tomando partido por el agresor y otros en favor de la mujer, con muchos más indiferentes. Aquí vale la pena seguir con el relato de Clarín:

“A todo esto, la mujer seguía con las bolsas y el bebito en brazos, sin animarse a reaccionar. En el expediente consta que un grupo de empleados de la empresa de trenes, ubicados cerca de la puerta donde empezó la discusión, estaba entre los que se sumaron a los insultos. Sin embargo, fuentes de la fiscalía informaron a Clarín que ninguno de esos operarios fue citado todavía a declarar.

“Otra vez los bolivianos haciendo quilombo... Yo me voy a la mierda", habría comentado el propio guarda del tren, siempre según lo que el testigo del caso le contó al fiscal Devoto.

“Lo peor se produjo cuando el tren llegó a un curvón. La madre y su nene seguían a la altura de esa puerta, que habría estado abierta. El testigo dejó de prestarle atención a la situación, pero inmediatamente escuchó una frase terrible: "¿Qué hiciste? ¡La empujaste, hijo de puta!". Se lo habría gritado un operario al otro. Meneses y el bebé ya no estaban en el vagón”.

Los cuerpos aparecieron al mediodía horas después que el tren llegó a Avellaneda “y la gente bajó en la estación como si nada”, según Clarín.

“¿Como si nada?” ¡No puede ser! Por eso la movilización de los compatriotas en Argentina. Por eso la manifestación ocurrida el pasado fin de semana ante las oficinas del TBA en la esquina Brasil y Hornos. Por eso las muestras de solidaridad de la Ivana Brighenti, Gabriel Bordín y Antonio Sanles, de la Izquierda Socialista. Por eso el repudio categórico de Herman Schiller y Marcelo F. Rodríguez del Movimiento Judío por los Derechos Humanos.

El Movimiento Boliviano por los Derechos Humanos en Buenos Aires ha hecho suya la causa de la familia Tórres Meneses, canaliza la protesta de los bolivianos en todos los confines del mundo ante este repudiable crimen que se produjo irónicamente en el Año contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y la intolerancia.

Nuestra cancillería, la embajada en Buenos Aires ¿han dicho o hecho algo?

Este asesinato no puede quedar impune a menos que Argentina siga siendo el “país del no me acuerdo”.





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