Domingo 24 de febrero del 2008
LOS MILITARES EN EL PODER
Por
Hernán Maldonado
En los terribles años del "Plan Cóndor" los militares ejercían el poder en la mayor parte de Latinoamérica y Venezuela era uno de los pocos países que se ufanaba de contar con un gobierno surgido de las urnas y no de las armas.
Actualmente la mayor parte del hemisferio tiene gobiernos civiles y Venezuela, aunque con un presidente militar elegido por voto popular, tiene un gobierno castrense, según un estudio de mi colega Patricia Clarenbaux publicado la semana pasada por el diario Tal Cual.
Y este hecho que para muchos pasa por debajo de la mesa, no lo es tanto para el general retirado Gonzalo García Ordoñez, ex embajador en Bolivia, hasta el 12 de abril del 2002. A poco de ser elegido el teniente coronel Hugo Chávez Frías "convocó en 1999 al alto mando y nos dijo que éste era un gobierno militar, pero que él nunca iba a reconocerlo", recordó García Ordoñez.
Y los hechos están a la vista. De los 27 ministros, uno de cada tres es militar. En 18 ministerios, hay 70 cargos gerenciales a cargo de uniformados, según el trabajo de Clarenbaux que publica la lista correspondiente. Entre los gobernadores, uno de cada tres es un militar. Hasta el jefe de Defensa Civil es un general. Y no hablemos de los embajadores.
Apenas se estrenó de presidente Chávez ocurrió la tragedia del deslave en el estado de Vargas y el mandatario entregó toda la responsabilidad del socorro a los miles de damnificados y la reconstrucción de La Guaira a los militares. Gran parte de los gigantescos recursos entregados desaparecieron y todavía está imputado por ello el general Víctor Cruz Weffer.
Chávez también entregó con gran pompa una millonada a un grupo de militares para la construcción del gran central azucarero Ezequiel Zamora. La mayor parte de esos dineros se esfumaron y actualmente están siendo enjuiciados un general y cuatro oficiales. El caso le costó el cargo al ministro de Alimentación, general Rafael Oropeza.
En momentos de un agudo desabastecimiento en Venezuela, Chávez nombró en Alimentación al mayor Félix Osorio, quien colocó a uniformados en tres de sus cinco altos organismos.
Según la lista de Clarembaux, en el ministerio de Finanzas nueve de sus 23 directorios están en manos de militares y en Infraestructura la mitad de sus 19 altos jerarcas son uniformados.
Chávez también elevó de 12 a 24 los asientos en el Tribunal Supremo de Justicia, no sólo para tener mayoría, sino para que el coronel Eladio Aponte sentara sus reales como presidente de la Sala Penal, dentro de su desfachatez de que en Venezuela "no hay presos políticos, sino políticos presos".
La incapacidad de los burócratas militares es ejemplificada en las administraciones del mayor Jesús Mantilla, como ministro de Salud, en cuya gestión reapareció el dengue en Venezuela y la del ministro del Interior hasta hace un mes, mayor Pedro Carreño, que dejó el 2007 con saldo de 13.000 asesinatos. El recién nombrado vicepresidente, coronel Ramón Carrizalez, apenas alcanzó el 60 por ciento en la construcción de viviendas.
Clarembaux sostiene que las fuerzas armadas venezolanas están "operando como el partido político de Chávez", algo que disgusta a su ex ministro de Defensa, general Raúl Salazar, porque "esto es un país, no un cuartel. La nación no se comanda, se gerencia".
Algo de esto ya fue objeto de crítica por un editorialista de la revista "Marcha" de Uruguay al describir lo que llamó la "gorilocracia" de los años 70 cuando los militares en función de gobierno, como hoy se repite en Venezuela, legislaban, juzgaban y ejecutaban.
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