Muchos colegas y ciudadanos de a pie me preguntan ¿por qué ante una situación tan desastrosa como la venezolana la dictadura de Nicolás Maduro goza todavía de simpatías en el electorado?
La respuesta es sencilla. El gobierno tiene casi el monopolio de la información y le hace creer a "Juan Bimba" (en otros países Juan Pueblo) lo que le da la gana. (También el Dr. Goebbels les hacía creer a los alemanes que estaban ganando la guerra, cuando los rusos estaban a las puertas de Berlín).
Así, la brutal escasez de alimentos no es culpa de un desgobierno de 15 años que ha despilfarrado centenares de miles de millones de dólares en subsidios, becas, dádivas, cohechos, corrupción, sino de una "guerra económica" desatada por la burguesía.
La radio, prensa, TV oficiales (son casi 450 medios) no le dicen a los venezolanos que las expropiaciones y nacionalizaciones, al por mayor, de pequeñas, grandes y medianas industrias fracasaron y que hoy el país debe importar hasta papel higiénico.
Venezuela hasta hace unos años exportaba cemento, aluminio, hierro, electricidad y ahora debe comprarlos. La carne y el pollo llegan de Argentina, Brasil y Uruguay. El gas desde Colombia, la leche y el aceite desde Bolivia y Bielorusia.
Venezuela era uno de los grandes exportadores de café. Ahora lo importa desde Nicaragua y lo paradójico es que hasta la gasolina viene desde Estados Unidos, porque en el país petrolero, por falta de mantenimiento, apenas funcionan gigantescas refinerías como la de Paraguaná.
Los venezolanos actualmente se levantan a las 4 de la madrugada para hacer colas gigantescas en busca de los escasos productos de primera necesidad, pero según el gobierno eso se debe al acaparamiento. Tal es la propaganda y hay quienes se lo creen, que el viceministro de Economía afirma que los venezolanos "hacen colas para cuidar que se los roben".
Los hospitales virtualmente están en quiebra. Los pacientes deben llevarse algodón, alcohol, antibióticos, vendas en centros de primeros auxilios. Hasta en clínicas privadas les exigen traigan sus medicinas, que tampoco existen en las farmacias porque no hay divisas para las importaciones.
Los estudiantes desde hace 4 meses protestan contra la dictadura. Han muerto 42, un millar fueron heridos, 3.200 fueron detenidos (la mayoría ya están libres) y se documentaron un centenar de graves casos de torturas. El gobierno con su aparato comunicacional sostiene que son unos pocos revoltosos pagados por el imperialismo norteamericano.
En la Cumbre del Grupo de los 77+China que se realizó este fin de semana en Bolivia, Maduro recibió el espaldarazo de su colega Evo Morales, otro severo crítico de las supuestas conjuras yanquis contra el régimen venezolano.
Si fueran ciertas las acusaciones, Maduro debería suspender las exportaciones de casi un millón de barriles diarios de petróleo al país del norte. Pero no lo hace, consciente de que miente. Además los gringos son los únicos que pagan al contado por lo que, indirectamente, son los financistas del régimen.
La heroica resistencia estudiantil es acompañada por un puñado de líderes políticos que han decidido exponer sus pellejos hasta lograr la renuncia de Maduro. Otro sector piensa que algún día lo logrará por la vía electoral, "método" que desde hace más de medio siglo no le funciona a opositores cubanos.
Ahora Maduro entretiene a la gente con denuncias de un supuesto intento de magnicidio. ¿No será más mal que hay un genocidio en puertas por el hambre y las enfermedades? Algo grave. Habrá entierros en fosas comunes, porque empresarios informan que hasta las funerarias están cerrando porque no hay ataúdes para vender…