Martes 31 de octubre del 2000
LOS "CHISTES" DEL MALLKU
Por
Hernán Maldonado
Felipe Quispe, "El Mallku"
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El nuevo astro del firmamento político boliviano tiene encandilados a los periodistas con su catarata de sorpresivas declaraciones, mientras el gobierno todavía se siente acorralado en su miedo ante la eventual reedición de los bloqueos camineros que en septiembre le hicieron levantar las manos humillado.
Felipe Quispe Huanca nos ha regalado el pasado fin de semana con otra de sus ocurrencias ingeniosas. Cuando los periodistas le preguntaron si aceptaría el cargo de ministro de Asuntos Campesinos, que todavía estaba acéfalo, el Mallku contestó: "Cómo pues voy a rebajarme; yo no he nacido para ser ministro. Yo he nacido para ser presidente de la República del Kollasuyo".
De paso el dirigente campesino, que cree tener en un puño al actual inepto y corrupto régimen del presidente Hugo Bánzer Suárez, amenazó con otro bloqueo caminero si se producen hechos de violencia en el Chapare, donde los cocaleros y su líder Evo Morales, han proclamado "coca o muerte".
Tras los graves sucesos del mes pasado, lo menos que se esperaba es que la clase política reaccionara y propusiera alternativas de acción para orientar o redimensionar el enclenque Estado Nacional, crudamente revelado con los sucesos de septiembre, como un medio para desvanecer las amenazas de su atomización.
Sin embargo, salvo esfuerzos esporádicos como los del polémico y temperamental ex juez Alberto Costa Obregon de encabezar una corriente de opinión hacia una Asamblea Constituyente, el sistema (partidos políticos, parlamento, empresariado, sindicatos, universidades, etc.) aparentemente prefiere dejar las cosas como están.
Pareciera que la intención es dejar que el próximo gobierno "cargue con el muerto". Hasta el propio Mallku da la impresión de apostar al proceso electoral cuando anuncia la formación de un partido político, en tácita aceptación de las reglas de juego del ¨sistema" al que combate.
El Mallku se cree presidenciable de la "República del Kollasuyo" y en una extensa entrevista la semana pasada con La Razón, anunció muy orondo la preparación de una Constitución Política de esa "república" incluyendo, por supuesto, la creación de su bandera y su himno…
Si el país estuviera viviendo en otras circunstancias, las cosas que dice el Mallku no saldrían ni en los periódicos de Alasitas, pero la incapacidad de nuestros gobiernos en toda la era republicana y mucho más desde el 52 a la fecha, para consolidar un verdadero Estado Nacional, han dado lugar a esta insurgencia que como Espada de Damocles pende ahora sobre el país.
Muchas de las cosas que dice el Mallku parecen pintorescas. Pero no lo son tanto. Lo que pasa es Quispe Huanca repite, sin digerir lo suficiente, programas, planteamientos, tesis que desde hace años están madurando ideólogos aymaras, politólogos indigenistas, en un contexto internacional mucho más amplio. No nace ni termina en los confines de la provincia Omasuyos.
Es ya fácil encontrar en la internet multitud de canales que hacen de heraldos de ese pensamiento. Algunos de sus más conspícuos voceros, todavía escudándose en el anonimato, debaten en foros y sin que les quede nada por dentro propugnan la necesidad de crear el Estado Aymara (República del Kollasuyo).
Por eso, en un artículo anterior, había planteado que deberíamos tomar en serio al Mallku. Detrás de sus planteamientos están varios grupos, algunos muy bien organizados como el Parlamento del Pueblo Aymara (PPA) que se autodefine como como el brazo político, administrativo, representativo y ejecutivo de los "ayllus, markas, suyus y organizaciones aymaras asentados en torno a la cordillera oriental y occidental de los Andes, la costa meridional del Pacifico, los Yungas tropicales, valles interandinos, actualmente divididos geográficamente entre los estados de Bolivia, Chile, Perú y Argentina".
El mismo PPA que ha realizado ya varios congresos internacionales, el último de los cuales tuvo lugar en Tacna, en su resolución 002/98 apuntó que "la historia de los pueblos indígenas está enmarcado por el despojo de sus derechos consuetudinarios, privándosele de su tierra y territorio… que fueron depredados y saqueados por los invasores colonialistas del siglo 15 al 18, siguiendo con la opresión y sojuzgamiento los gobiernos de las república latinas, dividiéndonos en cuatro áreas geográficas bajo su soberanía".
"Resuelve: Un centenar de parlamentarios aymaras llegados de los cuatro sectores geográficos donde cohabitamos, en representación de siete millones de habitantes dejamos constancia al mundo entero que ratificamos nuestras anteriores resoluciones… y que el pueblo aymara se unifica definitivamente por su dignidad, su derecho al agua, los ecosistemas andinos, el medio ambiente y apoyamos el proyecto de Declaración sobre la libre determinación de los pueblos indígenas de las Naciones Unidas".
¿No es esto mismo lo que nos está diciendo el Mallku?
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