Domingo 1 de abril del 2007
LO NUEVO DE LAS HISTORIAS VIEJAS
Por
Hernán Maldonado
Es (¿o era?) un lugar común aquello de que a los periodistas más que el sueldo que ganan lo que les interesa es quiénes o cuántos los leen. Por eso jamás me libré de la tiranía de revisar los resúmenes de prensa diarios cuando en mis años mozos trabajaba para la United Press International en Venezuela y Estados Unidos.
Esa vieja manía, empero, no ha desaparecido del todo desde que me jubilé y ejerzo el periodismo como gimnasia mental. Antes, buscaba mis notas en los principales periódicos del continente, ahora apenas me entero de ellas porque alguien las leyó en alguna parte y me envía un mensaje. Ocurrió hace poco por alguien que me envió un recorte del diario venezolano La Voz. El doctor Francisco Araoz me entregó en Caracas uno del diario La Opinión de Cochabamba de enero último.
Los que utilizan mis escritos los extraen directamente de mi página en Internet (www.tierralejana.com). La única condición a los usuarios es que no modifiquen ni amputen su contenido. De millares que quizás me leían en el continente, hoy apenas son unos pocos. Y quizás lo serían menos si no fuera que el Correo del Sur, de Sucre, me hace el honor de publicarme vía Agencia de Noticias Fides, a la que estoy vinculado desde hace más de 40 años y que ahora me tiene como su columnista, gracias a la generosidad del Padre José Gramunt de Monagas, mi maestro y amigo.
¿A qué viene todo este cuento? Pues que me refiero a temas que creo importan tanto al país político, como al país nacional, y nadie las toma en cuenta. ¿Cuántas veces escribí en los últimos tiempos sobre cosas que ocurren en Venezuela y que indefectiblemente se repiten y se repetirán en Bolivia?
No me explico cómo puede ser un notición el que Evo Morales anuncie un adelantamiento de elecciones o el que la Asamblea Constituyente marche al compás de la música que le pone el Palacio Quemado o que el régimen enfile sus baterias contra la prensa independiente y que siembre el país de medios comunitarios. ¿No ocurrió ya todo eso en Venezuela?
Ya sé que es de mal gusto que un periodista diga "yo ya lo dije". Y realmente, a estas alturas de mi vida, quizás ya no debería darme ni frío ni calor. Pero es que es díficil quedarse callado.
Lo último que leí fue que en grandes titulares se anunció al país que el Defensor del Pueblo pedirá la repatriación del ex ministro de gobierno Luis Arce Gómez, quien en noviembre próximo saldrá en libertad condicional.
El "notición" me causó hilaridad y tristeza. Risa porque es algo nuevo de una historia vieja que escribí hace bastante tiempo. Bolivia casi nada tiene que hacer porque el Tio Sam le devolverá a Arce Gómez el mismo día que sea liberado, según las leyes estadounidenses, salvo recursos judiciales que en la misma nota describí. Y tristeza, porque ciertamente mi círculo de lectores en Bolivia debe ser tan escaso que ni siquiera en la Defensoria del Pueblo se hace un archivo de prensa con temas de su interés. Se cansa uno.
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