Las excusas casi perfectas




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Domingo 18 de noviembre del 2012


LAS EXCUSAS CASI PERFECTAS

Por Hernán Maldonado

Ha pasado ya más de medio siglo, pero mis compañeros de promoción del Colegio Nacional Ayacucho casi siempre me lo recuerdan las veces que todavía tenemos la fortuna de coincidir.

Arsenio Zuleta Balderrama, Julio Loayza Irahola, Jorge Miranda Chavarría, Enrique Martinez Pereira, entre otros, eran los organizadores de nuestras primeras reuniones sociales con las "chicas" del Liceo Venezuela.

Alebrestados por la fiebre de Elvis Presley, nuestras fiestas transcurrían de 5 pm a 10 pm, máximo. Yo creo que era el más tímido del grupo y como no sabía ni quería bailar, mi excusa perfecta era que yo prepararía los refrescos y los sandwichitos, recluido en la cocina.

Quizás por esto recuerdo aquél cuadro captado por la televisión colombiana durante la primera Cumbre a la que asistió el presidente Evo Morales. Mientras sus colegas departían en círculos en el gran Salón del Palacio de Nariño, Morales trataba de pasar desapercibido, hundido en un sillón de una sala contigua.

Evidentemente era una falla del protocolo boliviano, porque podía el mandatario estar acompañado por sus colaboradores más inmediatos. El presidente Alvaro Uribe se dio cuenta y fue a buscar a Morales.

El presidente boliviano virtualmente se aferraba su sillón, mientras Uribe lo tomaba del brazo invitándole a renunciar a su autoaislamiento y unirse a sus colegas.

De aquello han pasado muchos años y se supone que Morales, para utilizar un término deportivo, ya es una "canchero" de esas lides, porque es muy difícil que se pierda una reunión internacional.

No obstante, mientras otros mandatarios aprovechan la ocasión para intercambiar puntos de vista bi o multinacionales, Morales parece conformarse con ir a pronunciar un discurso y pare de contar.

La mayor parte de su tiempo lo ocupa jugando un partido de fútbol, que parece que es lo que más sabe hacer y en lo que más se distingue. Algunos mandatarios le han dado el gusto, caso del chileno Sebastián Piñera.

Eso hay que inscribirlo en el capítulo de las astucias para darle el gustito a Morales, porque en lo más importante, Piñera deja la "payasaa", como dicen los chilenos, para mantenerse en sus 13 respecto a lo que es la política exterior de su país en relación a la aspiración marítima boliviana.

En la Cumbre Iberoamericana de Cadiz, mientras Piñera explicaba a miembros de la Comunidad Europea los alcances del Tratado de 1904, Morales jugaba un partido de fútbol. Lo dicho por Piñera apareció en medios mundiales, la reseña del encuentro de Morales interesó sólo a las agencias de noticias.

Una de ellas, inclusive se refirió al "regalo" del árbitro que, para congraciarse con Morales, hizo repetir un penal que no había sido convertido y que validó cuando lo concretó.

El País publicó dos fotos del "presidente futbolista" vistiendo una casaca de la multinacional Gaga Milano y en la otra saliendo de la cancha seguido por su edecán, un militar con uniforme número 5 del ejército, cargándole una chompa, un maletín y una botella de Gatorade.

Esto lo más destacado por el diario español, que paradójicamente incluye una sustanciosa galería mostrando a otros presidentes reunidos con el Rey Juan Carlos, el presidente del gobierno Mariano Rajoy, o entre ellos. ¿Valió la pena ir a la Cumbre?