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Domingo 21 de febrero del 2016
EVO MORALES: "VAMOS A GANAR. ¡SEPANLO!"
Por
Hernán Maldonado
"Vamos a ganar. ¡Sépanlo!", aseguró Evo Morales al diario El País, de España, horas antes, del referendo al que acudieron el domingo millones de bolivianos para determinar si aceptan o no su tercera reelección en el aún lejano 2019.
Los resultados de la consulta probablemente no sean definitivos hasta dentro de una semana. Sin embargo los sondeos de opinión a boca de urna, que generalmente tienen enorme aceptación, dan la victoria al rechazo de la aspiración presidencial por un margen de 2 y 4 puntos porcentuales.
Esto ha llevado al vicepresidente Alvaro García Linera a anunciar que se está ante un "empate técnico", echando un balde de agua fría a las celebraciones. Y es que el NO triunfó en 9 de las 10 capitales o ciudades más importantes del país.
Los medios oficialistas sostienen que será el voto de los bolivianos en el exterior el que decidirá el resultado final. La oposición, difícilmente aceptará este cuento porque, por experiencias anteriores, piensa que está en marcha una colosal burla a la voluntad popular.
Solo El Alto, la ciudad aledaña a La Paz, votó favorablemente para que Morales pueda postularse a un nuevo periodo en los comicios del 2019. La urbe, la segunda ciudad más poblada del país, es mayoritariamente de origen aymara y es baluarte del oficialismo.
El triunfo de Morales allí es incomprensible a solo cuatro días del incendio de la alcaldía de esa ciudad, en manos de la oposición, por vándalos oficialistas. Murieron 6 y hubo 18 heridos. El móvil, aparentemente, fue quemar los archivos donde reposan documentos de corrupción del ex alcalde evista, Edgar Patana.
En las declaraciones a El País, Morales sostiene que busca prorrogarse en el poder hasta el 2025 porque es "el único que puede impedir la vuelta del neoliberalismo", pero para el hombre de pie (el 75% de los 6.5 millones de votantes viven en las ciudades), lo que quiere el caudillo y sus allegados es perpetuarse para evitar investigaciones de millonarios casos de corrupción.
El último escándalo tocó al mismo Morales al descubrirse que cuando él tenía 46 años procreó con una joven de 19 un hijo (aparentemente fallecido). Gabriela Zapata, hoy a sus 29 años, sin ser profesional, es gerente comercial de la empresa china CAMC adjudicataria de contratos con el Estado boliviano por 560 millones de dólares.
El periodista Carlos Valverde develó lo que obviamente parece ser un auténtico tráfico de influencias que niega Morales al sostener que rompió con su amante el 2007 y que hasta le colgaba el teléfono la vez que lo llamaba. Sin embargo, los periodistas exhibieron una foto de los carnavales del 2015 en la que aparece abrazado a Gabriela.
Lo cierto es que no aparece muy claro, cómo una joven sin oficio ni beneficio ocupa tal alto cargo, mostrando una riqueza fuera de la común, al extremo de haber tomado en anticrético una mansión de un ex ministro por 100.000 dólares, algo prohibitivo aun para personas adineradas en Bolivia.
El Tribunal Electoral, que está manipulado por el oficialismo, pueda que le haga ganar a Morales el referendo pero el ciudadano común, el hombre está derrotado material y moralmente. Lo peor es que sus "éxitos económicos", producto de los altos precios de las materias primas en una década, van a ponerse a prueba ahora que caen las exportaciones y ya no hay Hugo Chávez, el financista adicional, del "proceso de cambio".
La prensa, que ha descubierto también que García Linera usurpaba título de "licenciado" sin ser nada, seguirá insistiendo en llevar a la justicia a los grandes culpables del régimen que esfumaron millones de dólares del Fondo Indígena. "Vamos a ganar. ¡Sépanlo!", dijo Morales, pero quizás más temprano que tarde descubrirá que perdió y de muy mala manera. Amanecerá y veremos.
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