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Jueves 14 de febrero 2013
NO SE TRATA DE LEYES MAS SEVERAS
Por
Hernán Maldonado
Desde el homicidio de la bella Susana Valda, allá por los años 50, en manos de Hugo Patiño del Valle, Bolivia no se había estremecido como esta semana por el brutal asesinato de la periodista Hanali Huaycho Hannover por parte de su ex esposo Jorge Clavijo Ovando.
En todos los rincones de la geografía boliviana se clama para que se haga justicia. Hasta las ministras y altas funcionarias del gobierno de Evo Morales se sumaron a una multitudinaria manifestación pidiendo leyes más severas para castigar el feminicidio.
El vicepresidente, Alvaro García Linera, se sumó al coro incurriendo, empero, en una lamentable equivocación al sostener que a los asesinos de mujeres había que estigmatizarlos como a los enfermos de SIDA, seguramente siguiendo los mismos parámetros que rigen actualmente en Cuba, Irán, Corea del Norte, etc.
En las marcha, gasificada por policías (se investiga si en “solidaridad” con su colega asesino de la periodista), intervinieron también mujeres diputadas y senadoras del oficialismo, que olvidan que hace más de un año engavetaron iniciativas para endurecer las penas contra feminicidas.
Pero, no se trata de leyes más severas, sino de que se cumplan las actuales. Es decir, que funcione el sistema judicial con prontitud y eficacia y lejos de las influencias políticas.
El feminicidio no es un delito característico en Bolivia. Hoy mismo leemos en la prensa que ayer, 13 de febrero, un hombre de 24 años fue ahorcado en la Plaza Madani de Teherán por haber matado a dos mujeres y herido a otras cinco.
Y también el asesinato, ayer mismo, de la bella modelo Reeba Steemkamp por parte de su esposo Oscar Pistorius, el atleta australiano que asombró al mundo hace un año en los Juegos Olímpicos de Londres al clasificarse a las semifinales de los 400 metros, pese a correr con prótesis de carbono en las dos piernas.
En Bolivia también habría que preguntarse quiénes promueven el machismo. Hace exactamente un año, Morales no tuvo ninguna palabra de condenación cuando en su delante sus adláteres cantaron: “Este presidente, de gran corazón, a todas sus ministras les baja el calzón”.
El periodista Alfredo Rodríguez, en un libro (“Evadas”) en el que compila dichos de Morales le atribuye esta frase: “Cuando voy a los pueblos, quedan todas las mujeres embarazadas y en sus barrigas dice: Evo cumple”.
Y esta más: “¿Saben qué han dicho unas mujeres en un evento en Cochabamba? Las compañeras en sus consignas dicen: Mujeres ardientes, Evo presidente. ¡Me han hecho asustar! Otra compañera dice: Mujeres calientes, Evo valiente. No estoy mintiendo, está grabado en la televisión…”
Así que, antes de endurecer las leyes (la que castiga el asesinato ya existe y es bastante dura) habría que eliminar primero las causas que alientan el machismo, el embrión del feminicidio.
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