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Jueves 2 de agosto 2012
"EL PEPE" MUJICA
Por
Hernán Maldonado
Fue poco antes de la Cumbre de las Américas en Cartagena que el presidente de Uruguay, “el Pepe” Mujica, como es llamado nacional e internacionalmente, irritó al dictador venezolano Hugo Chávez.
Desde las alturas de sus 77 años y de su dilatada carrera política (inclusive como guerrillero urbano) pronosticó a periodistas mexicanos: “Cuando pase Chávez… no habrá construido ningún socialismo”.
El socialista uruguayo, en abierta crítica al teniente coronel, aconsejó que los gobiernos “no deben ser tan de izquierda como pensábamos hace 40 años, ni pueden ser tan de derecha… La aguja parece que se va arrimando un poco al centro”.
Chávez, según sus allegados, estalló en furia. No podía creer que un ex líder Tupamaro le removiera el piso. No había pasado mucho tiempo desde que alegremente donó $10 millones para refaccionar el imponente Hospital de Clínicas de Montevideo.
El chisme le llegó al “Pepe” quien puso los intereses de su país por encima de sus criterios personales. Se apresuró en ir a Caracas a “aclarar las cosas” y de allí saltó a Cartagena.
En la Cumbre de las Américas, ante la ausencia de Chávez y del ecuatoriano Rafael Correa, la voz disonante le fue encomendada a Evo Morales, quien abandonó la cita “porque no se invitó a Cuba…”
Esta semana, en la cumbre de Brasilia, Chávez y Mujica se mostraron cordiales. “El Pepe” tuvo que pasar por alto las severas objeciones de su vicepresidente Danilo Astori para que Uruguay acepte a Venezuela en el Mercosur, “como una herida grave”.
La cuestión práctica venció a la ética en un hombre que siempre se ha caracterizado por el cultivo de los valores y que en el fondo de su alma debe aborrecer a todo sátrapa militar.
José Alberto Mujica Cordano es un izquierdista que es ejemplo viviente para “socialistas” recién llegados. Estuvo muchos años en la cárcel por sus actividades guerrilleras y cuando fue elegido senador se trasladaba al Parlamento en una motoneta.
Cuando asumió la presidencia hace dos años resolvió ganar sólo $950 mensuales y destinar $11.050 para actividades de beneficencia. “Esa suma me alcanza y me tiene que alcanzar ya que muchos uruguayos viven con mucho menos”, afirmó.
Sigue viviendo en una chacra que su esposa, ex guerrillera como él y actual senadora Lucia Topolansky, posee en las afueras de Montevideo. En sus días libres se pasea allí, junto con su perro, cultivando vegetales.
Afirma que su único bien es un viejo Volkswagen valorado en $1.945, porque la pequeña chacra en el Rincón del Cerro está a nombre de su esposa, con la que se casó hace 7 años.
En mayo pasado, cerca de su cumpleaños 77, “el Pepe” fue descubierto por un periodista del diario El Mundo de Madrid en alpargatas, pantalón vaquero y encamisado.
Estaba comprando en una ferretería la tapa de una poceta que él mismo se la llevó. En el camino se encontró con unos jóvenes de un club local con quienes departió abrazado de su tapa y les prometió una parrillada si salen campeones.
Ese “el Pepe” que en los últimos días fue descrito en diarios bolivianos como el presidente más pobre del mundo, luego de un reportaje del diario mexicano Milenio.
Un socialista un poco distinto de otros de sus colegas, como Cristina Kirchner que declaró tener un patrimonio de $37 millones. De Chávez cuyos familiares se pasean por el mundo como ricos turistas o de Morales, a quien viste una de las mejores diseñadoras del continente.
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