LA COLOSAL CORRUPCION BOLIBURGUESA

Por Hernán Maldonado

La fortaleza estomacal de los venezolanos ha sido puesta a prueba por el petrodictador. La olla de la gigantesca corrupción empezó a destaparse con la detención de un puñado de multimillonarios, tras el cierre de media docena de bancos nacidos en malolientes negociados amparados desde las altas esferas de la revolución bolivariana.

Pero las ganas de vomitar de los venezolanos no fueran producto de la asquerosidad del hecho, la rabia o el desespero de no saber si recuperarán la totalidad de sus ahorros, sino porque el principal culpable, el autor directo del desbarajuste, el locuaz Hugo Chávez se presentó en cuatro cadenas de TV para asegurar, impávido, que no sabía nada o para achacarle al capitalismo.

O sea que el petrodictador, que se ufana de saber hasta qué comen sus opositores, nunca le echó un ojo a los informes de sus ministros de finanzas, de la superintendencia de bancos, de sus asesores financieros. Y lo increíble, parece que no leyó un informe confidencial que le presentó la policía política en enero de este año advirtiéndole de las marramucias.

Unos pícaros que hasta el 2002 eran unos modestos administradores de estacionamientos, que tenían un par de barquitos sin mayor importancia o que hasta ayer nomás eran unos oscuros militarcitos que ni siquiera llegaron al grado de capitán, aparecieron manejando fortunas, comprando bancos... con depósitos del gobierno chavista.

Ricardo Fernández Berrueco, dueño de dos barquitos el 2002, se aprovechó de la huelga petrolera para poner a disposición de Chávez su "flota naviera" para la importación de alimentos. En apenas siete años se convirtió en propietario de una cadena de bancos y de 49 compañias, pesqueras, petroleras, inmobiliarias, de seguros, etc.

Recientemente se propuso comprar una empresa de telefonia celular por valor de 1.300 millones de dólares, ofreciendo 800 millones de entrada y al contado. Aparentemente la osadia fue demasiado para los otros grupos que medran alrededor de los bolifuncionarios y se desató la actual lucha a cuchillo entre los boliburgueses.

Por el momento sólo un puñado de éstos está preso. Está por verse cuándo empiezan a caer los bolifuncionarios, es decir esos caballeritos del entorno más cercano a Chávez que autorizaron que millones de dólares del erario nacional, sin seguridades de ningún tipo, se hayan otorgado a los improvisados bolibanqueros.

Hace poco uno de estos boliburgueses se dio el lujo de pagar 25.000 dólares por una botella de vino en un restaurant de Paris. La periodista Patricia Poleo denunció que Fernández Berrueco regaló una flota de 27 autos BMW al gobierno cubano. Arné Chacón Escamillo, hermano del ministro Jesse Chacón, admitió en 2005 que provenia de una familia que se crió en una casa de paredes de cartón y techo de calamina.

Recordó que su madre se ganaba la vida como empleada doméstica y que su padre era un humilde policía. Ahora es uno de los detenidos. Era presidente del banco Baninvest, que supuestamente le regaló en un 49 por ciento Fernández Berrueco, a la vez íntimo amigo (y quizás socio) de Adán Chávez el todopoderoso hermano del petrodictador.

Otros "angelitos" que disponian de cuantiosos depósitos gubernamentales con los que compraban propiedades, bancos, haciendas, ya han huido, pero los bolifuncionarios están todavía en sus puestos con sus caras de "yo-no-fui", haciéndole coro al dueño del circo. ¿Logrará Chávez salirse del pantanal en que está metido? Pobre Venezuela. Por fin empieza a ver el hueco por donde se le han escapado parte de los 950.000 millones de dólares que ha recibido en ésta década. ¡Tapémonos la nariz!