Martes 3 de julio del 2001
“¡ASESORESE DE LETRADO!”
Por
Hernán Maldonado
En nuestro paquidérmico sistema judicial donde todavía se permite que los litigantes tengan acceso a los expedientes, hasta hace un tiempo no faltaban jueces que ante la osadía de aquéllos de plantearles sus casos directamente (obviando a sus abogados) solían aconsejarles, entre rigurosos y compasivos, ¡asesórese de letrado”.
La frase vino a mi memoria a raíz del reciente caso de la Copa América que me permitió una vez más ver cuán deficiente es el conocimiento de nuestros políticos sobre temas de una enorme trascendencia social, como el futbolístico, por ejemplo.
En la última campaña electoral venezolana, la candidata a la presidencia Irene Saez tuvo la osadía de prometer en un mitin en Barquisimeto que, si resultaba elegida, “Venezuela estará en el próximo campeonato mundial de fútbol”.
Recordé también a Luis Adolfo Siles Salinas, un intelectual de primer nivel que como presidente de Bolivia fue sorprendido para que dijera un discurso tras un triunfo de la selección boliviana de fútbol en 1969 y que no sabía qué decir apropiadamente a la multitud reunida en la Plaza Murillo.
El jueves pasado escuché al presidente de Colombia, Andrés Pastrana, decir inexactitudes tras la decisión de la Confederación Sudamericana de Fútbol de cancelar la disputa de la Copa América en ese país debido a la inseguridad política y social.
Pastrana, en una entrevista con CNN dijo que había recibido muestras de solidaridad de su colega uruguayo Jorge Batlle y que estaba en contacto con presidentes de otros países para lograr un apoyo capaz de hacer que la CSF revirtiera su decisión.
Asimismo reveló que su compatriota Hernán Darío “Bolillo” Gómez, entrenador de la selección de Ecuador, le había asegurado que este país no acudiría a la Copa América si ésta se realizaba en otra sede que no fuera Colombia.
Más tarde, cuando trascendió que Brasil se había ofrecido como sede emergente, Pastrana dijo que “por dignidad” Colombia no asistiría.
Obviamente estas declaraciones y otras del mismo tenor tenían una connotación política para aplacar la bronca del colombiano de a pie que por culpa de una violencia que dura ya 36 años, y en la que el gobierno tiene gran parte de culpa, se quedaba sin realizar la Copa América.
El pasado fin de semana la Confederación postergó hasta el 2002 el torneo con la esperanza de que hasta entonces se terminará la inseguridad en Colombia.
En todas las declaraciones de Pastrana se advertía un desconocimiento alarmante de como funciona la burocracia futbolística. Simplemente los presidentes y las cancillerías pueden hacer lo que mejor les plazca, pero la Confederación, en sus decisiones, es completamente autónoma y casi imposible de ser manipulada por el poder político.
Por eso mismo, se cae por su base lo que hubiera podido prometer el “Bolillo” Gómez, porque la selección de Ecuador no depende del gobierno de ese país, ni de la voluntad del entrenador, sino de su respectiva Federación.
Otro absurdo es pensar que Colombia, ni por dignidad ni por nada, se hubiera abstenido de acudir a una Copa América, a menos que quisiera ser marginada internacionalmente.
El “poder deportivo” en materia futbolística ha probado ser superior al “poder político” y si no, recordemos la sanción que le cupo a Chile por el escándalo del Maracaná y por el que su selección fue marginada internacionalmente por más de cuatro años. Ni las cancillerías, ni los presidentes y ni la Santa Sede pudieron hacer nada para que se le levantara la sanción.
Por todo esto, cuando escuchaba hablar al presidente Pastrana, recordé ese consejo de los viejos jueces y me quedé pensando si dadas las actuales circunstancias algunos de nuestros presidentes quizás necesitan de verdaderos asesores en materia deportiva, para no meter las cañas.
Y en cuanto a la Copa América del 2002, yo no veo cómo pueda realizarse. Tendremos un año mundialista. Por lo menos cuatro selecciones sudamericanas estarán pensando más en Japón y Corea del sur que en Colombia. El calendario internacional estará atiborrado a menos que se cancele ya sea la Copa Libertadores de América, la Merconorte, la Mercosur, la Supercopa o se acorten los campeonatos nacionales.
Tampoco hay que olvidar que si se realiza en enero, que parece ser la fecha más tentadora, la mayoría de las selecciones grandes irá sin sus astros principales porque los campeonatos europeos estarán en su apogeo. El problema mayor que veo, sin embargo, es que tendría que recorrerse la fecha de disputa de la Copa América y cada 4 años coincidirá con un Mundial, algo que siempre se ha tratado de evitar.
La Confederación se ha metido en menudo lío, aunque curándose en salud ha condicionado la realización del torneo a que el 2002 haya cesado la violencia en Colombia, una violencia de distinto tono que ha sepultado allí la paz desde hace tres décadas y media. ¿O es que ya está en mente realizar la próxima Copa América sólo el 2003 en Perú?
|