Tierra Lejana-- Página de Hernán Maldonado




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Domingo 1 de octubre del 2006


... NO ES PURA COINCIDENCIA

Por Hernán Maldonado

En abril del 2000 el presidente Hugo Chávez Frías rompió lanzas con la prensa venezolana. Cabalgaba en la popularidad y le disgustaba enfrentarse a reporteros perspicaces que comenzaban a dudar de sus propuestas y a quienes ofendió con su copioso verbo cuartelario.

Convocó a una rueda de prensa en Maracay y tras un largo introito invitó a preguntarle. La joven Amiri Muci, en nombre de sus 20 colegas, se paró y le dijo que no habría preguntas porque Chávez había dicho horas antes que los periodistas sólo le "hacían preguntas estúpidas e irrelevantes".

El teniente coronel se levantó rojo de ira y se fue. El presentador de la cadena Univisión, Jorge Ramos, a principios de éste 2006 también vió a Evo Morales levantarse e irse furioso ante una pregunta que consideró estúpida o provocativa. Nuestro presidente asegura que los periodistas son sus "principales enemigos".

Chávez sembró Venezuela de radios comunitarias para enfrentarlas a la "prensa de la oligarquía". Morales está haciendo lo mismo. Empezó en Orinoca y algunos pueblos de Tarija, Cochabamba y Santa Cruz. Empujada por Chávez, que pagó cinco millónes de dólares, Bolivia ya es miembro de Telesur.

Apenas asumió al poder Chávez se desveló hasta conseguir que una Asamblea Constituyente digitada por él "refundara" Venezuela. El nacimiento de la V República le permitió apoderarse de los poderes públicos. Para tener mayoría en la Corte Suprema (a la que llamó "plasta"), elevó de 20 a 32 sus magistrados.

Como la Asamblea Constituyente aumentó en un año el periodo presidencial, Chávez anuló sus dos años de gobierno previos y consiguió que los supremos dictaminaran que su régimen de seis recién comenzaba. Por eso es que ahora está por cumplir ocho años en la presidencia.

Con la suma de los poderes en la mano, Chávez empezó a deshacerse de los jefes militares sospechosos. Morales ni siquiera esperó. Eliminó dos promociones en la jerarquía de sucesión el mismo día de su posesión.

Pero lo más afrentoso fue que Chávez públicamente comparó a los militares con un preservativo. Olvidándose que él mismo es un uniformado, dijo que "los militares son como el condón. Se los usa y se los bota".

No sé porqué recordé aquello cuando recientemente en Nueva York a Morales los periodistas le preguntaron quién reemplazaría al renunciante ministro Andrés Solíz Rada, el padre de la nacionalización de los hidrocarburos. "Tenemos gente de sobra", respondió desdeñoso Morales.

Chávez también empezó su gobierno chocando con la Iglesia Católica, a cuyos jerarcas llamó "diablos con sotanas", se abrazó a Fidel Castro, y empezó su guerra particular contra "el imperio", la globalización y el neoliberalismo.

El campeón de la "democracia participativa" sólo necesita un micrófono para gobernar. Anuncia cambios de su gabinete, maneja las relaciones exteriores, dispone de los ingentes recursos petroleros, ordena quien va a ser juzgado o no, cataloga públicamente a sus amigos y enemigos y ordena quiénes van a ser candidatos de su partido hasta en elecciones parroquiales.

Estos días en Bolivia vemos también como se pone en "práctica" la democracia participativa. Producto de ella es el entrabamiento en la Asamblea Constituyente digitada por Morales y Alvaro García Linera. El régimen busca no sólo escribir la letra, sino también ponerle la música a la nueva Constitución Política con su falange de levantamanos.

Mucho de lo que ocurre ya pasó o pasa en Venezuela, así que lo que actualmente vemos y oyemos en el país no es pura coincidencia.





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