Tierra Lejana-- Página de Hernán Maldonado




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Domingo 28 de octubre del 2007


CHAVEZ SIEMBRA VIENTOS EN BOLIVIA

Por Hernán Maldonado

El que siembra vientos cosecha tempestades, según nos lo repetian nuestras abuelas y esto justamente es lo que está pasando con Hugo Chávez Frías en Bolivia porque cree equivocadamente que, con sus petrodólares, ya se compró todo un país, incluyendo a sus gobernantes.

El petrodictador venezolano, en un discurso reciente desde Santa Clara, Cuba, amenazó con llevar al terreno armado su descarada injerencia en los asuntos internos bolivianos al prometer convertir a Bolivia en otro Vietnam si los opositores a Evo Morales lo matan o lo derrocan de la presidencia.

¿Pero qué es lo que sabe Chávez para hacer semejante amenaza? Quizás sus servicios de inteligencia le informaron del acelerado deterioro del régimen de Morales dada su manifiesta incapacidad para gobernar, motivo por el cual baila cada día más al mismo son que se toca en Caracas.

Ahí están las políticas asistencialistas y prebendalistas con petrocheques, igualito que en Venezuela. He ahí la permanente confrontación con el "imperio". No es casualidad la adhesión incondicional al ALBA. Tampoco lo es el innecesario establecimiento de nexos diplomáticos con Irán. Lo mismo que Chávez, Morales también busca que la nueva constitución boliviana le autorice la reelección.

Si la amenaza de envolver a Bolivia en un conflicto armado hubiera provenido del odiado "imperio", ésta es la hora en que hubieran chillado las cancillerias del hemisferio y hasta quizás la paquidérmica OEA hubiera al menos emitido un pronunciamiento. Pero como se trata de una amenaza del financista de varios de los gobiernos del hemisferio, y de muchos otros que dependen de sus suministros petroleros, el silencio ha sido ruidoso.

Sectores de la oposición boliviana y juntas cívicas de los departamentos de Santa Cruz, Beni, Pando, Cochabamba y Tarija criticaron severamente a Chávez. Algunos, como el prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas, lo llamó "dictadorzuelo", "golpista" y "cobarde". En grave insulto lo llamó "macaco (mono) mayor", además de -sobrepasándose en su jurisdicción y competencia - declararlo "persona no grata" de ese departamento, actualmente el más importante de Bolivia.

Lo dicho por Chávez el 14 de octubre en Santa Clara fue considerado por el gobierno de Morales como un "acto de solidaridad" con Bolivia. Los militares retirados en comunicados públicos expresaron su condena a la amenaza extranjera. Como en Bolivia los ex militares no son siempre jarrones chinos y mantienen ciertos vínculos con oficiales en actividad, se supone que su voz fue escuchada en los cuarteles.

Por eso es que el ministro de Defensa, Walker San Miguel, salió la semana pasada a sugerir que el gobierno vea la necesidad de pedir "cautela" a Chávez en sus declaraciones sobre la situación boliviana para evitar mayor confrontación política. Barbas en remojo, pues.

Por su parte el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, un ex discípulo de la infame Escuela de las Américas, calificó de "xenófobo" a Costas y lamentó que haya empleado gruesos calificativos contra Chávez, recordándole al prefecto cruceño que esa no es la manera de tratar a un dignatario extranjero.

Quintana aparentemente no se dio cuenta que, de rebote, regañó también al propio Chávez quien en discursos ante multitudes califica usualmente a su colega George W. Bush de "pendejo, burro, diablo, borracho, asesino, genocida", etc.

Se ignora si el gobierno ha concretado la sugerencia de San Miguel. En todo caso Chávez ha guardado silencio en los últimos días. Quizás se ha dado cuenta de que su verbo demagógico causa graves daños a Morales por muchos que sean los millones de petrodólares con los que busca comprar a su nuevo aliado para su abstracto "socialismo del siglo XXI".





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