Domingo 12 de abril del 2009
LA HORA DE LOS "NUEVOS" LAICOS
Por
Hernán Maldonado
Thomas Jefferson afirmaba que "los cobardes prefieren las aguas tranquilas del despotismo a las aguas turbulentas de la libertad". Para nadie es un secreto que los regímenes populistas de Bolivia, Venezuela, Ecuador, Cuba y Nicaragua, principalmente, pisotean sus leyes y su autoritarismo emula al fascismo más retrógrado.
En todos estos países sus autoridades han sido electoralmente constituidas, a pesar de las dudas razonables que hay sobre su legitimidad. ¿O vamos a creer que el 98 por ciento de los cubanos están con Fidel y Raúl Castro? Y si Hugo Chávez y Evo Morales confían en sus aplastante mayorías ¿por qué, tercamente, se niegan a depurar sus registros electorales?
¿Por qué Daniel Ortega no satisface los pedidos de la oposición para un recuento, bajo supervisión internacional, de los votos de las elecciones regionales y municipales de noviembre? Y ¿por qué Rafael Correa ultraja a los periodistas que miran con lupa a su gobierno? ¿Por qué Chávez viola diariamente la Constitución que él promulgó como "la mejor del mundo?"
Si viviéramos en otros tiempos, no tendría duda de que los políticos demócratas estarían buscando la forma de que se restaure el imperio de la ley. Hoy parece que es mucho pedir. Ni siquiera son capaces de unirse como un solo hombre en defensa de sus derechos. No es que se les pida un golpe de Estado. ¿Acaso Ghandi apeló a la violencia para vencer a un imperio?
El miedo o la comodidad se han adueñado de nuestros políticos. Quizás crean que todo es cuestión de tiempo. Olvidan que Cuba ha visto a cuatro generaciones de los que creen en pajaritos preñados.
En Bolivia, desde hace pocos días, los militares y policías renunciaron a sus patronas-generalas, la Vírgen del Carmen y de Copacabana, dizque porque ahora el país es laico, según la nueva Constitución masista. Hasta prohibieron que sus bandas cooperaran como antaño en las procesiones de Semana Santa. Mezquindad de la más pura.
Me imagino que ahora en los cuarteles, cuando se celebre una misa, dejará de interpretarse el himno nacional en el momento de La Elevación. Peor todavía, ya no habrá misas. Los "nuevos" laicos deberán desentronizar de todos los cuarteles del país a sus degradadas generalas. Ya en Palacio de Gobierno se retiró la Biblia.
Los mandamases explicaron que a título personal los miembros de las fuerzas armadas pueden asistir a los cultos que profesen. Claro, habrá que reglamentar de nuevo los códigos militares respecto al uniforme que deben utilizar. No sería apropiado ver a generales entorchados apretujados por las multitudes durante las procesiones. ¿O irán de civiles para no ser reconocidos?
En algunas partes en Estados Unidos se prohibió rezar en las escuelas y después millones lloran cuando un muchachito, que apenas sabe soplarse las narices, mata a balazos a sus compañeritos y maestros. Los legisladores de varios estados que quitaron los 10 Mandamientos de los frontispicios de sus parlamentos buscan como frenar el auge de la delincuencia y la drogadicción.
No se quiere entender que el cristianismo tiene más de 2.000 años de vigencia y que nada es imposible para Dios. Por eso estuvieron equivocados, y lo están, quienes pretenden al amparo del usufructo del poder temporal sacar de los corazones a quien justamente murió clavado en la cruz para salvarnos de la injusticia y el desamor; para iluminar con su luz la doble tiniebla con la que nacimos, la del pecado y la ignorancia. Amén.
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