A no ser por golpes de Estado, una noticia excepcionalmente rara o alguna calamidad natural de magnitud, rara vez Bolivia es noticia en los principales medios mundiales, de manera que este enero del 2015 es una excepción y quizás por eso pasará a la Historia.
El paso del Dakar por suelo boliviano puso al país en la portada de las secciones deportivas de los principales diarios del globo y hasta medios como CNN y el New York Times "descubrieron" las maravillas del Salar de Uyuni destacando al mar salino como un lugar turístico digno de ser visitado.
El gobierno de Evo Morales estuvo a un triz de declarar feriado nacional al paso de los raudos bólidos por territorio nacional, sumándose al alborozo nacional por tener como huéspedes a multimillonarios competidores que ponen en alto el poderío de las principales multinacionales.
La baja de la cotización petrolera en casi un 50% en relación a los precios de hace un año, frenó la iniciativa gubernamental, cuando ya la empresa privada levantaba las cejas ante el proyectado jolgorio de un día sin trabajar.
El boliviano Walter Nosiglia ocupó un tercer lugar en la categoría cuatriciclos y el gobierno está a punto de erigirle un monumento nacional. Y es que Bolivia es tan huérfana de triunfos internacionales en materia deportiva que hasta un tercer lugar es un logro "histórico".
Dado que CNN y el NYT promovieron tan fervorosamente el Salar, quizás el turismo boliviano se beneficiará, aunque son los chilenos los que más lo explotan desde hace años. Por lo pronto habrá que limpiar las 500 toneladas de basura que dejó el paso de la prueba por el idílico lugar.
Lo que nunca se explicará es cómo Morales, que en sus discursos despotrica contra las multinacionales, fue el 1er fanático y apadrinó por 2da vez de la prueba. Obviamente se lo agradecen esos buitres de la banca, el petróleo y la industria automotriz mundial que son fuentes de sus discursos anticapitalistas y antiimperialistas.
Bolivia también fue gran noticia mundial con la célebre foto de Morales disfrazado de emperador inca el día previo a su posesión por un nuevo periodo presidencial. Todo parece explicarse en su empeño en retroceder la historia, como las horas en el reloj del Palacio Legislativo de La Paz.
Humoristas venezolanos inmediatamente dijeron que el "inca" felizmente "no apellida Paz".
Un día antes de su posesión el autócrata Nicolás Maduro, ante las terribles penurias del pueblo venezolano por alimentos y medicinas, en su informe a la Asamblea Nacional parafraseó al patriarca Abraham al decir "Dios proveerá" (que, mutatis mutandis, equivale a recomendar a sus gentes a que se las arreglen como puedan).
A la manera de consejo y con Maduro a su lado, Morales aseguró que no es Dios, sino el pueblo el que proveerá. La frase de Morales volvió a recorrer el mundo. La jerarquía católica boliviana lo excusó diciendo que su presidente habla sin pensar.
Yo sí creo que piensa (teniendo en cuenta que se declaró alguna vez marxista) y que se expresa con la soberbia de los que se creen inmortales. ¿No hablaban así, por ejemplo, Hugo Chávez y John Lennon? Ya sabemos dónde están. Amén.