Borrar la Historia… odiando a Colón
Por Hernán Maldonado (*)
El 2004 el alcalde de Caracas, Freddy Bernal, uno de los más furibundos talibanes del chavismo, dijo: “No podemos borrar la Historia”, cuando sus conmilitones se aprestaban a “juzgar” al almirante Cristóbal Colón, por “genocidio”, 512 años después del Descubrimiento de América. Hipocresía pura.
Roland Denis, que ocupaba el cargo de director de Economía Social del Ministerio de Planificación en el gobierno de Hugo Chávez, había convocado a las huestes chavistas al hermoso Paseo Colón caraqueño para “juzgar y condenar” al almirante genovés, acusado del genocidio indígena en las Américas.
Ese 12 de Octubre, un millar de fanáticos chavistas –tras un sumario juicio del “Tribunal Penal de la Pachamama”-- derribaron la magnífica estatua, obra de Rafael de la Coba (1858-1896), la arrastraron por las calles arrojándole pintura roja y aplicándole martillazos. Hoy, como algunos presos políticos venezolanos, Colón está desaparecido.
Ante una eventual reacción internacional adversa, el dictador se abstuvo de opinar sobre lo ocurrido, pero dos años después decretó el 12 de octubre como Día de la Resistencia Indígena. En el pedestal vacio se colocó una estatua del indio Guaicaipuro. Según Chávez, Colón “no cometió una matanza, sino un genocidio”.
Cuando Jorge Rodríguez era alcalde de Caracas, también desapareció otra estatua de Colón, ésta era de bronce, ubicada en el Calvario. Rodríguez hasta hoy es otro fanático chavista.
Evo Morales le siguió la onda al militarote y con la complicidad de los Kirchner regaló un millón de dólares para erigir una estatua a la heroína Juana Azurduy de Padilla para ser colocaba en lugar del almirante en el legendario Paseo Colón de Buenos Aires.
En el fondo, la fiebre anti-Colón es la veta política de los castrochavistas para exacerbar los más bajos sentimientos entre los que se creen, más de medio millar de años después, víctimas del colonialismo. El actual presidente de México, Manuel López Obrador, está exigiendo que España le pida disculpas a los pueblos originarios. Con la misma cantaleta del anticolonialismo, Pedro Castillo acaba de ser presidente del Perú.
Estados Unidos, en el 90% de sus territorio, no “padeció” la colonización española, pero tras la muerte de George Floyd el 2020 en Mineápolis han sido destruidos o dañados una docena de monumentos de Colón y religiosos españoles en muchas ciudades norteamericanas.
¿Había población negra en Estados Unidos o Canadá cuando Colón descubrió América?
Importa poco saberlo. Los zurditos entremezclados con los Black Life Matters, el 2020 descabezaron el monumento a Colón en Boston. En Richmond, Virginia, bajaron la estatua de su pedestal y lo arrojaron al lago de un parque. En Minnesota destruyeron la efigie que estaba en el Capitolio…
La “resistencia indígena” de zurditos revoltosos, destruyeron la estatua de Colón en Barranquilla, Colombia, el 29 de junio pasado. En Bolivia un facineroso oficialista destruyó parcialmente 2 de agosto el rostro de mármol del Almirante en La Paz. Y ya sabemos lo que hicieron, hasta con sus héroes nacionales, los zurditos chilenos. Quieren borrar la Historia, pero no podrán.
(*) Hernán Maldonado es periodista. Ex UPI, EFE, dpa, CNN, El Nuevo Herald, por 43 años fue corresponsal de ANF de Bolivia.