Las democracias deben reconocer a Cuba como Estado terrorista.
Por Carlos Sánchez Berzaín (*)
La naturaleza del régimen de Cuba ha sido precisada por la Organización de Estados Americanos (OEA) -Secretario General Luis Almagro- reconociendo que “la dictadura de la Habana aplica el terrorismo de estado contra sus ciudadanos”. Con pruebas actuales de la reincidencia del régimen que durante 62 años “ejecuta actos de violencia para infundir terror” interna e internacionalmente, el mensaje “es hora que la democracia retorne a Cuba” urge a los gobiernos democráticos reconocer a Cuba como “estado terrorista”.
Terror es el “miedo intenso”, la “angustia extrema por un riesgo o daño real o imaginario”. El terrorismo es “el uso sistemático del terror”. La Convención Internacional para la Supresión de la Financiación del Terrorismo de las Naciones Unidas de 1999 reconoce como “acto terrorista” el “destinado a causar muerte o lesiones corporales graves a un civil o a cualquier otra persona… Cuando el propósito de dicho acto, por su naturaleza o contexto, sea intimidar a una población u obligar a realizar un acto o a abstenerse de hacerlo”.
El Terrorismo de Estado -Enciclopedia Encarta- es el “uso sistemático, por parte del gobierno de un Estado, de amenazas y represalias, considerado a menudo ilegal dentro incluso de su propia legislación, con el fin de imponer obediencia y una colaboración activa a la población”. El jurista Ernesto Garzón define: “un sistema político cuya regla de reconocimiento permite o impone la aplicación clandestina, impredecible y difusa, también a personas manifiestamente inocentes, de medidas coactivas prohibidas por el ordenamiento jurídico proclamado, obstaculiza o anula la actividad judicial y convierte al gobierno en agente activo de la lucha por el poder.
Los “Países patrocinadores del terrorismo internacional” es una “designación aplicada por el Departamento de Estado de los Estados Unidos a países que la administración estadounidense considera como colaboradores de organizaciones terroristas”. Cuba está así calificada, pero sus acciones son mas que patrocinio, son ejercicio habitual y reincidente del terrorismo de estado interna e internacionalmente.
El reconocimiento de la OEA que Cuba aplica el terrorismo de estado contra sus ciudadanos ha sido hecho en el contexto de reclamar por un grupo de activistas cubanos que se encuentran en “huelga de hambre en defensa de los derechos humanos en Cuba”, 55 personas en Cuba y 8 en el extranjero que denuncian la represión policial contra miembros de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU). Este es solo un incidente de los miles de acciones de terrorismo de estado que el régimen castrista ejecuta desde hace mas de 62 años.
Las juventudes cubanas nacidas y adoctrinadas en el castrismo repudian el sistema y denuncian desde hace mucho el “terrorismo de estado” que gobernantes democráticos y organismos internacionales parecen ignorar. Los jóvenes cubanos se han rebelado contra el oprobio, la falta de derechos, la miseria, el estado de prisión que viven en Cuba y contra todos los hechos que simplemente son “terrorismo de estado”.
En Cuba continúan y crecen las protestas, y artistas, juventud supuestamente adoctrinada para defender la revolución, la que repudian. El régimen los persigue y encarcela aplicando “terrorismo de estado” y grupos como el de San Isidro crecen en su reclamo de libertad. Se ha proclamado “PATRIA Y VIDA” como el mensaje de liberación del pueblo con un extraordinario video/canción grabado en La Habana y Miami con seis artistas cubanos de rap y reggaetón que le dicen a la dictadura “SE ACABO!”.
El “terrorismo de estado” es la metodología institucionalizada por la dictadura de los Castro en Cuba y vigente en las Américas en el siglo XXI luego de su alianza con Hugo Chávez que desde 1999 les permitió sobrevivir y controlar otros gobiernos y países con mensaje populista que pronto se convirtió en socialismo del siglo XXI o “castrochavismo”. Las dictaduras de Venezuela, Nicaragua y Bolivia, con las vicisitudes, violaciones de derechos humanos, crisis, presos y exiliados políticos, torturados, masacres y mas, son la expresión actual del terrorismo de estado cubano expandido en la región.
Desde los fusilamientos de 1959 y siguientes, la judicialización de la represión, torturas, exilio, pasando por las guerrillas y ataques armados, la organización y sostenimiento de grupos terroristas y narcotraficantes, guerrillas urbanas y protección de terroristas y criminales, hasta la trata de personas por el sistema de médicos esclavos o internacionalistas, todo prueba “terrorismo de estado” del régimen de Cuba. La declaración de la OEA es una conminatoria a los gobiernos democráticos para reconocer a Cuba como estado terrorista.
(*) Carlos Sánchez Berzaín es abogado constitucionalista, politólogo, 5 veces ministro de Estado en Bolivia y actual Director Ejecutivo del Interamerican Institute for Democracy.