11 de septiembre: a 20 años de los ataques terroristas contra EEUU y de la Carta Democrática Interamericana
Por Carlos Sánchez Berzaín (*)
Hace 20 años, el 11 de Septiembre de 2001 sucedían los ataques terroristas contra los Estados Unidos en su territorio continental y la firma de la Carta Democrática Interamericana en Lima-Perú. Los ataques cambiaron la vida de todo el mundo y desataron la “guerra contra el terrorismo”; la Carta estableció que “los pueblos de América tienen derecho a la democracia” e instituyó los “elementos esenciales de la democracia”. Ambos hechos históricos crearon nuevos paradigmas del siglo XXI: “la guerra contra el terrorismo” y “la democracia como derecho de los pueblos”.
Los ataques terroristas fueron cuatro atentados suicidas ejecutados la mañana del martes 11 de Septiembre de 2001 (11-S) por la red yihadista Al Qaeda mediante el secuestro de aviones comerciales que fueron impactados contra Las Torres Gemelas en el World Trade Center de Nueva York y el Pentágono en Virginia. Causaron la muerte de 2.996 personas incluidos 19 terroristas, la desaparición de 24 personas y más de 25 mil heridos.
Así se generó la guerra contra el terrorismo liderada por Estados Unidos, miembros de la OTAN y otros aliados, cerca de 50 Estados, con el propósito de “acabar con terrorismo internacional eliminando los grupos terroristas” y “todos aquellos sospechosos de pertenecer a estos grupos” para “poner fin al patrocinio del terrorismo por parte de Estados”. Se convirtió en política exterior e interna de Estados Unidos. El presidente George W Bush señaló al “eje del mal” para describir a los países que apoyan al terrorismo, inicialmente Irak, Irán y Corea del Norte, a los que agregaron Libia, Siria y Cuba y luego Yemen, Somalia y Pakistán.
La guerra contra el terrorismo está vigente y accionó en la guerra de Afganistán, la guerra de Irak, la guerra contra el Estado Islámico, la guerra en Somalía, la intervención francesa en Malí, República Centroafricana y el Sahel, la intervención militar Rusa en la guerra civil Siria, la ejecución de Sadam Husein, la muerte de Osama Bin Laden, la muerte de Abu Bakr al Baghdadi y más. La retirada de las fuerzas extranjeras de Afganistán, la ofensiva talibana de 2021, la reciente caída de Kabul y el resurgimiento del Estado Islámico de Afganistán.
Shirley Willams afirma que “el terrorismo no se puede eliminar mediante objetivos militares ya que estos aumentan el resentimiento hacia occidente y la radicalización”. El corresponsal del la BBC Frank Gardner considera que “la posición intransigente de los Estados Unidos ha transformado a potenciales aliados en enemigos, las intervenciones extranjeras han ocasionado vacíos de poder en sitios clave y la creciente intolerancia a ciertos grupos étnicos, religiosos y raciales en Europa y Estado Unidos han sentado las bases para la expansión de los grupos de yihadismo internacional”.
La Carta Democrática Interamericana (CDI) se gestó en más de diez años de avances en el marco de la Organización de Estados Americanos (OEA) hasta el 28 Periodo Extraordinario de Sesiones de Lima del martes 11 de Septiembre de 2001 en que 34 Estados americanos la firmaron y asumieron como “tratado constitutivo”.
La visión de los líderes democráticos de las Américas era la del “Siglo XXI de la democracia plena”. En la última década del siglo XX la exitosa lucha contra el narcotráfico, la derrota de guerrillas y terrorismo en Perú, Colombia, Bolivia, Paraguay, Ecuador y más, marcaron el fortalecimiento de la democracia. Estados Unidos que había establecido el paradigma de la “democracia” en la década de los setenta, el de la “lucha contra el narcotráfico” en los ochenta, gravitó en los noventa sobre la “estabilidad y el desarrollo” con el denominado “Consenso de Washington”.
Cuando Cuba -la única dictadura de la región- agonizaba en 1999 llegó a la Presidencia de Venezuela Hugo Chávez y la reactivó con petróleo, recursos e implementando el “populismo bolivariano”, llamado luego “socialismo del siglo XXI”, que convirtió el castrismo del siglo XX en “castrochavismo” en el siglo XXI. Con el “Foro de Sao Paolo” controlaron casi todos los gobiernos de Latinoamérica, creando mecanismos de subordinación como Petrocaribe, de corrupción transnacional como “lava jato” , controlaron la OEA por 10 años, anularon la CDI y establecieron dictaduras en Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua.
La CDI es un tratado constitutivo de aplicación obligatoria para los estados parte y con valor de ley principal en lo interno de cada uno de ellos. Esta ley determina en su articulo 3 como “elementos esenciales de la democracia el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales; el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al estado de derecho; la celebración de elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo; el régimen plural de partidos y organizaciones políticas; y la separación e independencia de los poderes públicos”. Por eso hoy Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua son dictaduras, todas con perseguidos, presos políticos y exiliados.
El 11 de septiembre de 2001 se reportó el apresurado retorno del Secretario de Estado Collin Power dejando firmada la Carta Democrática Interamericana en Lima y saliendo de emergencia a los Estados Unidos por los ataques. El inicio y desarrollo de la guerra contra el terrorismo determinó el abandono apresurado de Latinoamérica por Estados Unidos, dando lugar a las condiciones de tormenta perfecta para la instalación y desarrollo de las dictaduras del socialismo del siglo XXI bajo jefatura de la dictadura de Cuba con los recursos de Venezuela y del crimen.
La relación democracia/terrorismo es antagónica, el terrorismo es enemigo de la democracia pero es parte de la institucionalidad dictatorial. Los dictadores cometen “terrorismo de estado” como parte de su metodología para retener el poder. Pero aún así, Cuba estando en la lista del “eje del mal” pasó a ser líder reconocido de Latinoamérica y restablecer relaciones con Estados Unidos a tiempo que abría la región al terrorismo islámico. Los paradigmas de democracia, lucha contra el narcotráfico y estabilidad y desarrollo tampoco contaron.
Los resultados actuales parecen mostrar que no se gana la guerra contra el terrorismo y se pierden democracias. El desafío es recuperar democracias para achicar y derrotar el terrorismo y su socio el narcotráfico. Las Américas con democracia plena son posibles y necesarias.
Hay una creciente recuperación de la lucha de los pueblos por su libertad como lo demuestra el pueblo cubano desde el 11 de Julio 2021, la valiente resistencia del pueblo nicaragüense, la abnegación y coraje del pueblo venezolano y la persistencia del pueblo boliviano. Lo prueba el triunfo del pueblo ecuatoriano que se ha liberado de similar dictadura. La ayuda consiste sólo en cumplir la ley y cesar el status político que hoy se da al crimen organizado terrorista.
¿A 20 años de la Carta Democrática Interamericana hay menos democracia, hay más dictaduras, hay más impunidad, hay más inseguridad y menos estado de derecho? ¿A 20 años de iniciada la guerra contra el terrorismo, están ganando los terroristas, hay mas terrorismo? Es la historia en curso y frente a estas cuestiones, la única certeza es la de los principios.
(*) Carlos Sánchez Berzaín es abogado constitucionalista, politólogo, 5 veces ministro de Estado en Bolivia y actual Director Ejecutivo del Interamerican Institute for Democracy,