EE.UU. Inmigrantes caminan al filo de la navaja
Por Hernán Maldonado (*)
El próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lo dijo con ceño fruncido: “Prepárense para irse porque van a salir muy rápido”. Se dirigió así a los inmigrantes, especialmente de Venezuela, Nicaragua, Cuba y Haití, que entraron al país legal (como turistas y se quedaron) o ilegalmente en los últimos años.
Se calcula que una de sus primeras medidas, tras asumir el 20 de enero, será eliminar la vigencia del “parole humanitario”, por el que decenas de miles de extranjeros fueron admitidos temporalmente en EE.UU., escapando del hambre y la persecución política en sus países.
Paradójicamente, según las estadísticas, una gran mayoría de ciudadanos de esos cuatro países ya aptos para votar, lo hicieron el 5 de noviembre para que Trump vuelva a la presidencia.
Extraoficialmente se calcula que hasta un millón de inmigrantes serán repatriados. La tarea gigantesca involucrará inclusive a las fuerzas armadas.
Está por verse si Cuba, Venezuela, Nicaragua y Haití aceptarán a sus repatriados. La mayoría vino a través de la frontera con México, de manera que el gran problema sería para el gobierno de la zurdita Claudia Sheinbaum, cuyo antecesor Manuel López Obrador, se hizo el ciego y el sordo con la inmigración ilegal que transitó por su país.
Por muchos años, los inmigrantes que llegaban a EE.UU. se esforzaban por establecerse y trabajar denodadamente para salir adelante. En los últimos tiempos, los recién llegados fueron mal vistos hasta por sus propios connacionales porque exigieron (como ocurrió en el estado de Nueva York) que las autoridades les proporcionaran por meses comida y alojamiento…
Peor todavía, gobiernos como el del dictador Nicolás Maduro, exportaron a sus delincuentes que se dedicaron al crimen. Esta misma semana el gobernador de Nueva York denunció que “El tren de Aragua”, banda asesina de venezolanos, recluta hasta menores de edad entre sus seguidores.
En el estado de Colorado, el mismo grupo cometió graves tropelías (En Chile, Perú, Ecuador y Colombia, la misma banda es acusada de crímenes de toda naturaleza).
El “Tren de Aragua”, y una media docena de organizaciones criminales, formaban parte de los grupo de represión de la dictadura venezolana. Cuando su gobierno dejó de financiarlos, estos buscaron expandirse por toda la América Latina y muchos, como se sospecha, fueron enviados deliberadamente a EE.UU.
En los años 90 el estado de California estaba atiborrado de pandilleros salvadoreños de la Mara Salvatrucha. Miles fueron devueltos a su país. Hicieron estragos en El Salvador hasta que llegó el presidente Nayib Bukele, que ha encarcelado a 43.000 de ellos.
Entre el millón de probables deportados, están también miles que entraron a EE.UU. con visas de turistas y se quedaron. Ahora se aprobó una ley más estricta. Quienes hayan incurrido en ello, se les deportará y tendrán prohibición de volver al país en una veintena de años.
La mano viene dura. ¿Los gringos ya no nos quieren a los latinoamericanos?
¡Um! Amanecerá y veremos.
(*) Hernán Maldonado es periodista. Trabajó en EFE. ANSA, UPI, dpa. Por 43 años fue corresponsal de la Agencia de Noticias Fides, de Bolivia.