La Asamblea General de la OEA derrotó la conspiración antidemocrática
Por Carlos Sánchez Berzaín (*)
La 53 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) realizada en Washington DC ha sido el epicentro de la conspiración de las dictaduras del socialismo del siglo XXI para inmovilizar la organización y de esa manera normalizar el crimen organizado como detentador del poder en Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua. Pese a la acción abierta de los gobiernos paradictatoriales de México, Brasil, Argentina y Colombia, la democracia ha reafirmado sus principios y la OEA su vigencia e importancia.
De acuerdo a su Carta Constitutiva la OEA tiene como propósitos esenciales “afianzar la paz y seguridad en el continente, promover y consolidar la democracia representativa..” . La Carta Democrática Interamericana establece en su Artículo 1 que “Los pueblos de América tienen derecho a la democracia y sus gobiernos la obligación de promoverla y defenderla. La democracia es esencial para el desarrollo social, político y económico de los pueblos de las Américas”; y en el Articulo 2 que “El ejercicio efectivo de la democracia representativa es la base del estado de derecho..”
Con estos objetivos y con el mandato de democracia como derecho de los pueblos, la OEA es el enemigo natural más grande de las dictaduras, del crimen organizado y del terrorismo. Un organismo internacional como la OEA es un sujeto de derecho creado por voluntad de los estados que cediendo competencias soberanas dan origen a la entidad, que se desenvuelve por la representación de esos estados acreditada por sus gobiernos. Cuando la orientación política de un gobierno cambia también lo hace su política exterior y los efectos en organismos como la OEA son notorios.
El siglo XXI en las Américas esta marcado por la expansión de la dictadura de Cuba a partir del salvataje que Hugo Chávez da a la entonces única dictadura de la región a partir de 1999. La alianza entre Hugo Chávez, Fidel Castro y Lula da Silva inicia este siglo con el populismo bolivariano que luego se convierte en socialismo del siglo XXI o castrochavismo y que con el Foro de Sao Paolo como instrumento operativo produce y acompaña la instauración dictatorial en Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua. El sistema dictatorial expandido interviene y opera en las elecciones democráticas de los países de la región y produce gobiernos subordinados que ponen a su servicio sus países y políticas exteriores, son los gobiernos paradictatoriales.
La OEA no ha estado libre de la influencia e intervención de las dictaduras del socialismo del siglo XXI. El control y manipulación de la organización siempre ha sido un objetivo y para eso derrocaron al Secretario General Miguel Ángel Rodríguez, ex Presidente de Costa Rica, quien a pocos meses de ser elegido en el cargo fue objeto de una acusación en su país -de la que resultó inocente- pero que sirvió para que abandone el cargo. Abierto el espacio y con el control de los votos de los países del Caribe alentados por el petróleo de Venezuela, lograron imponer al secretario Insulza.
La gestión Insulza de diez años fue el tiempo de ocupación de la OEA por el socialismo del siglo XXI. Se ignoraron completamente los objetivos, principios y mandatos de la OEA, se llenaron sus órganos de operadores del castrochavismo como el caso de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, se garantizaron fraudes, manipulaciones electorales e impunidad, se ignoraron presos políticos y exiliados, se incumplieron las normas de la Carta Democrática Interamericana y se avanzó en la normalización de la dictaduras.
El control del socialismo del siglo XXI con mayoría de votos en la OEA, eligió como Secretario General a uno de los suyos, el ex canciller de Uruguay Luis Almagro, pero las sorpresas comenzaron cuando Almagro decidió cumplir con los mandatos de la organización y con la Carta Democrática Interamericana empezando por un informe de juristas independientes sobre la situación de Venezuela a la que terminó señalando como dictadura, y luego calificó en persona a Cuba como “una dictadura jinetera”. Los demás lo hicieron los fraudes y crímenes de las dictaduras que la OEA señaló, como el fraude electoral de Evo Morales en Bolivia 2019.
El reciente informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos -aunque tomo 10 años- que señala a la dictadura de Cuba como responsable del asesinato de Oswaldo Payá y Harol Cepero es un éxito del sistema interamericano contra la impunidad de la dictadura jefe del crimen organizado trasnancional.
Por eso y más, además de varios intentos fallidos de crear organismos paralelos o sustitutos de la OEA, con López Obrador desde México y Lula da Silva de Brasil la conspiración contra la OEA tomó más fuerza buscando sabotear la 53 Asamblea General y fracasaron por acción de la mayoría de gobiernos democráticos.
(*) Carlos Sánchez Berzaín es abogado constitucionalista y politólogo. Actualmente es el Director del Interamerican Institute for Democracy.