Descubriendo el agua tibia
Por Hernán Maldonado
Desde que renunció Pedro Castillo a la presidencia del Perú, ya suman decenas los muertos en enfrentamientos de los que lo defienden y las fuerzas del orden público.
Los rebeldes, especialmente en las ciudades y pueblos del sur, colindante con Bolivia, quieren la renuncia de Dina Boluarte, a quien califican de usurpadora del poder…
Nadie parece caer en cuenta que Boluarte fue elegida vicepresidente de Castillo, que fue virtualmente sacada del órgano electoral y puesta en la escena política por Wladimir Cerron, el castrochavista fanático, artífice del partido político que llevó al poder a Castillo y que sigue gobernando con Boluarte.
Tan real es esto que nadie en el nuevo gobierno acusa, señala o persigue a Cerrón.
El gobierno peruano dispuso la prohibición de la entrada al Perú del caudillo cocalero Evo Morales y de media docena de sus compinches, acusándolos de promover los graves disturbios en el sur peruano.
Los aymaras que salieron ayer a tomar Juliaca gritaban en las calles: “Ahora si, guerra civil”. Nos recordaron a los aymaras que en noviembre del 2019 coreaban lo mismo en las calles de El Alto, a favor de Evo Morales que huía despavorido tras renunciar a la presidencia.
No cabe ninguna duda que Morales y sus apandillados, como operadores del castrochavismo deseoso siempre de subvertir en el continente, instigaron y financiaron a los movimientos indígenas del sur peruano, aleccionándolos como hicieron con los aymaras bolivianos.
En los 14 años del imperio del cacique cocalero fue indisimulada la injerencia del MAS en ese aspecto etnográfico en una región andina que se jacta de tener a 7 millones de aymaras y que tiene caudillos (como el fallecido Felipe Quispe) dispuestos a crear un nuevo Estado enclavado en las fronteras de Perú, Bolivia y Chile.
(Antes de Evo Morales ¿los aymaras peruanos ondeaban masivamente wiphalas?)
La creación de RUNASUR, artimaña del castrochavismo, tiene ciertamente por principal operador al cocalero, pero no es el inventor del hueco del buñuelo.
En 1996, cuando Evo andaba tocando platillos en una banda musical, sin noción de la política, ya tuvo lugar (con ese propósito) la sesión fundacional del “Parlamento del Pueblo Aymara”.
Ese parlamento aprobó una serie de resoluciones. En su comisión de Educación fguraban los aymaras peruanos Rogelio Tique Mamani y Saturnino Callo Ticona, la aymara boliviana Emiliana Rojas de Ayaviri y el aymara chileno Manuel Paredes Condori.
La sesión fundacional se efectuó Taipigala (Perú) del 5 al 7 de julio de 1998, en cumplimiento de la Asamblea General de Mallkus y Amautas del Pueblo Aymara del Kollasuyo, del 16 de junio de 1996.
¿Investigamos un poquito MAS?