La Cumbre de las Américas es de líderes y países que respetan la democracia
Por Carlos Sánchez Berzaín (*)
La IX Cumbre de las Américas se celebrará del 6 al 10 de Junio en Los Ángeles y Estados Unidos en cumplimiento de la Carta Democrática Interamericana, ha informado por medio del Subsecretario para Asuntos del Hemisferio Occidental, que el Presidente Biden “ha sido bien claro, que la presencia de los países que por sus actuaciones no respeten la democracia no van a recibir invitaciones”. Las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua no están invitadas, organizaciones y ciudadanos piden similar decisión respecto a Bolivia, y el castrochavismo intenta sabotear la Cumbre con gobiernos que manipula. Hasta aquí parece que la Cumbre de las Américas es para gobernantes y países que respetan la democracia.
El proceso de las Cumbres de las Américas fue iniciado con la Primera Cumbre de Miami del 9 al 11 de Diciembre de 1994 por el Presidente Clinton buscando la creación del “Área de Libre Comercio de las Américas ALCA”, que se preveía entre en vigor en enero del año 2005, pero que no se logró. La iniciativa del área de libre comercio regional estaba alentada por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte entre Estados Unidos, México y Canadá firmado el 8 de Noviembre de 1992 que entró en vigor el 1 de Enero de 1994, que hoy es el exitoso T-MEC (Tratado México, Estados Unidos, Canadá) o USMCA en Inglés.
La Organización de Estados Americanos (OEA) por medio de su Secretaría de Cumbres de las Américas, explica que “las Cumbres de las Américas reúnen a los Jefes de Estado y de Gobierno de los Estados Miembros del hemisferio para debatir sobre aspectos compartidos, afirmar valores comunes y comprometerse a acciones concertadas a nivel nacional y regional con el fin de hacer frente a desafíos presentes y futuros que enfrentan los países de las Américas”. Y agrega que “el Proceso de Cumbres busca de una forma multidimensional fortalecer la democracia y la gobernabilidad, contribuyendo a reducir la pobreza y a incrementar las oportunidades en las Américas”.
La Cumbre es la reunión de los jefes de Estado y de Gobierno, pero se realizan además foros oficiales y se verifican múltiples eventos no oficiales. Para la Cumbre de Los Ángeles el Departamento de Estado organiza “el Noveno Foro de la Sociedad Civil”, “el Sexto Foro de Jóvenes de las Américas” y “La cuarta cumbre de CEO de las Américas”.
Toda esta organización de normalidad está alterada por la expansión de las dictaduras en la región. La dictadura de Cuba que era la única en 1999 y cuya finalización fue considerada solo cuestión de tiempo, se ha expandido con el salvataje que le dio Hugo Chávez, controlando hoy Venezuela, Bolivia y Nicaragua (hasta hace poco Ecuador), con su mismo discurso antiimperialista, metodología de violación de derechos humanos, ejercicio del poder por medio del terrorismo de Estado, narcoestados, impunidad, migraciones forzadas, inexistencia de estado de derecho, presos políticos, exiliados y crímenes de lesa humanidad.
Todo esto aconteció violando la Carta Democrática Interamericana, un “tratado constitutivo” con fuerza de ley nacional e internacional para todos los países de las Américas, que en su Artículo 1 manda que “los pueblos de América tienen derecho a la democracia y sus gobiernos la obligación de promoverla y defenderla” y que establece en su Artículo 3 como “elementos esenciales de la democracia…el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales; el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al estado de derecho; la celebración de elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo; el régimen plural de partidos y organizaciones políticas; y la separación e independencia de los poderes públicos”.
La invasión de Rusia a Ucrania ha dejado claro que el “eje de confrontación global es dictadura contra democracia” y mostrado que el grupo de dictaduras castrochavistas de Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua, está integrado el proyecto y crímenes rusos, como lo demuestran sus declaraciones, votaciones, abstenciones y negocios.
Las dictaduras en las Américas son un grupo trasnacional de crimen organizado que conspira permanentemente contra las democracias que hasta ahora parecían las únicas que ignoraban esta agresión planificada.
La agresión es tan crítica, que -más allá de la diplomacia apaciguadora- la Cumbre de las Américas está forzada a recuperar su naturaleza de reunión de líderes, países e instituciones que respetan la democracia. La conspiración sigue y tiene en la mira sabotear la IX Cumbre en el corto plazo y luego persistir en la toma de democracias, la inhabilitación y destrucción de la OEA, usando gobiernos sobornados o aterrorizados y creando organismos apócrifos al servicio de las dictaduras.
(*) Carlos Sánchez Berzaín es abogado y politólogo. Actualmente es el Director Evecutivo del Interamerican Institute for Democracy.