“Venezuela no es Siria…”
Publicado: Dom Dic 22, 2024 12:21 pm
“Venezuela no es Siria…”
Por Hernán Maldonado.
“Venezuela no es Siria”, corean la huestes chavistas, enfervorizadas por el discurso de Nicolás Maduro, empeñado en posesionarse el 10 de enero otra vez como presidente de Venezuela, pese a perder por casi 4 millones de votos las elecciones del 28 de julio.
El coro sirve de aliento al temeroso dictador que cada noche cambia de cama porque teme que su régimen se desmorone como el de Bashar al-Assad en Siria, tras décadas de gobierno de mano dura.
Los “opositores de la derecha jamás volverán a Miraflores (palacio presidencial) ni con balas, ni con votos”, dijo Maduro en repetidas oportunidades.
Peor todavía, antes de los comicios del 28J, advirtió públicamente que “en Venezuela habrá un baño de sangre si triunfa la oposición”. De hecho, al conocer su derrota sus esbirros asesinaron a balazos y palos a 29 venezolanos de todas las edades, que salieron a las calles a celebrar el rotundo triunfo de Edmundo González Urrutia.
Más de la mitad de los países del mundo han reconocido a González Urrutia, excepto los regímenes de Rusia, Irán, Corea del norte, Siria (de al-Assad), Cuba y China. En América Latina el culipandeo corresponde a Brasil, México, Bolivia, Nicaragua y Colombia.
Como se acrecienta internamente la oposición a que Maduro y sus apandillados se salgan con la suya, la satrapía gobernante amenaza ahora a los venezolanos con una guerra civil, si se intenta frustrar sus planes de cara al 10 de enero.
Un día si y otro también, Maduro y sus secuaces, como el nefasto ministro del Interior, Diosdado Cabello organizan actos callejeros para demostrar popularidad y desde cualquier micrófono despotrican contra el imperialismo yanqui y sus lacayos.
No escatiman insultos contra González Urrutia y la valiente líder opositora María Corina Machado. Maduro llama al primero “viejito cag…” y a Machado, con el peor de los reconcomios, le insultan de “agente del imperialismo”, “la loca”, “la sayona”, etc.
Este fin de semana, curándose en salud por si algunos militares se muestren “creativos”, Maduro reavivó las milicias de civiles que saldrían a defenderlo, llegado caso.
El ex presidente Luis Herrera Campín acuñó la frase: “Los militares siempre son leales, hasta que un día dejan de serlo”. Esto es lo que parece que tiene en cuenta Maduro.
Lo vio hace poquito en Siria. Los militares eran el bastión de la dinastía de la familia Al-Bassad desde hace más de 50 años. Ante el avance rebelde, en menos de 2 semanas pusieron pies en polvorosa y su líder debió escapar hasta Moscú cobijado por Vladimir Putin.
No todos los masacradores pudieron escaparse con él y estos días enfrentan la furia popular o los tribunales en los que serán juzgados por atroces crímenes contra la humanidad.
Uno de ellos, Suleiman Hilal al-Assad, primo del dictador fugitivo, junto con algunos generales y coroneles, fue paseado por las calles de Damasco en medio de insultos y escupitajos y luego colgado de una grúa.
Las imágenes, que han recorrido el mundo, obvio que las ha visto también Maduro y por eso en el canal EVTV de Miami alguien aseguró que en Miraflores hay escasez de papel higiénico…
“Venezuela no es Siria”. ¿De verdad?
Recuerdo que allá por el 2010 miles de venezolanos opositores gritaban también en las calles: ¡Venezuela no es Cuba! (Y es peor a lo que ha llegado).
Amanecerá y veremos.
Por Hernán Maldonado.
“Venezuela no es Siria”, corean la huestes chavistas, enfervorizadas por el discurso de Nicolás Maduro, empeñado en posesionarse el 10 de enero otra vez como presidente de Venezuela, pese a perder por casi 4 millones de votos las elecciones del 28 de julio.
El coro sirve de aliento al temeroso dictador que cada noche cambia de cama porque teme que su régimen se desmorone como el de Bashar al-Assad en Siria, tras décadas de gobierno de mano dura.
Los “opositores de la derecha jamás volverán a Miraflores (palacio presidencial) ni con balas, ni con votos”, dijo Maduro en repetidas oportunidades.
Peor todavía, antes de los comicios del 28J, advirtió públicamente que “en Venezuela habrá un baño de sangre si triunfa la oposición”. De hecho, al conocer su derrota sus esbirros asesinaron a balazos y palos a 29 venezolanos de todas las edades, que salieron a las calles a celebrar el rotundo triunfo de Edmundo González Urrutia.
Más de la mitad de los países del mundo han reconocido a González Urrutia, excepto los regímenes de Rusia, Irán, Corea del norte, Siria (de al-Assad), Cuba y China. En América Latina el culipandeo corresponde a Brasil, México, Bolivia, Nicaragua y Colombia.
Como se acrecienta internamente la oposición a que Maduro y sus apandillados se salgan con la suya, la satrapía gobernante amenaza ahora a los venezolanos con una guerra civil, si se intenta frustrar sus planes de cara al 10 de enero.
Un día si y otro también, Maduro y sus secuaces, como el nefasto ministro del Interior, Diosdado Cabello organizan actos callejeros para demostrar popularidad y desde cualquier micrófono despotrican contra el imperialismo yanqui y sus lacayos.
No escatiman insultos contra González Urrutia y la valiente líder opositora María Corina Machado. Maduro llama al primero “viejito cag…” y a Machado, con el peor de los reconcomios, le insultan de “agente del imperialismo”, “la loca”, “la sayona”, etc.
Este fin de semana, curándose en salud por si algunos militares se muestren “creativos”, Maduro reavivó las milicias de civiles que saldrían a defenderlo, llegado caso.
El ex presidente Luis Herrera Campín acuñó la frase: “Los militares siempre son leales, hasta que un día dejan de serlo”. Esto es lo que parece que tiene en cuenta Maduro.
Lo vio hace poquito en Siria. Los militares eran el bastión de la dinastía de la familia Al-Bassad desde hace más de 50 años. Ante el avance rebelde, en menos de 2 semanas pusieron pies en polvorosa y su líder debió escapar hasta Moscú cobijado por Vladimir Putin.
No todos los masacradores pudieron escaparse con él y estos días enfrentan la furia popular o los tribunales en los que serán juzgados por atroces crímenes contra la humanidad.
Uno de ellos, Suleiman Hilal al-Assad, primo del dictador fugitivo, junto con algunos generales y coroneles, fue paseado por las calles de Damasco en medio de insultos y escupitajos y luego colgado de una grúa.
Las imágenes, que han recorrido el mundo, obvio que las ha visto también Maduro y por eso en el canal EVTV de Miami alguien aseguró que en Miraflores hay escasez de papel higiénico…
“Venezuela no es Siria”. ¿De verdad?
Recuerdo que allá por el 2010 miles de venezolanos opositores gritaban también en las calles: ¡Venezuela no es Cuba! (Y es peor a lo que ha llegado).
Amanecerá y veremos.