González Urrutia y Machado, ganadores de las elecciones en Venezuela, deben nombrar y activar un equipo de transición
Publicado: Lun Oct 07, 2024 10:46 pm
González Urrutia y Machado, ganadores de las elecciones en Venezuela, deben nombrar y activar un equipo de transición
Por Carlos Sánchez Berzaín (*)
Con el liderazgo de María Corina Machado, Edmundo González Urrutia es el presidente electo de Venezuela luego de derrotar al dictador Nicolás Maduro, aplicando la extraordinaria estrategia de ganarle en su escenario y con las reglas de la dictadura. González Urrutia debe asumir la Presidencia de Venezuela el próximo 10 de enero y lo que corresponde en este tiempo es establecer un equipo de transición con la líder de la campaña María Corina Machado al mando, para determinar el estado del país que recibirán y las medidas urgentes que deberán disponer.
Ya no está en discusión el resultado de las elecciones del 28 de Julio pasado (28-J), ya ha quedado en el registro del absurdo delictivo el fraude electoral con el que Nicolás Maduro pretendió burlar la voluntad soberana del pueblo venezolano. Edmundo González Urrutia está reconocido por el pueblo y por los países democráticos del mundo. Estamos en el momento de la transición de la dictadura al gobierno democrático, que dura hasta el 10 de enero de 2025 de acuerdo a la propia agenda electoral del régimen, y es necesario constreñir a los detentadores del poder al cumplimiento de su propia agenda.
Para tratar de impedir la entrega del poder que ya está perdido por la dictadura, la intervención trasnacional que sostiene a Maduro opera internamente con terrorismo de Estado y máxima violencia que solo causan el efecto de acelerar su irreversible derrota internacional.
La estrategia del crimen organizado consiste en aterrorizar a la población y descabezar los liderazgos victoriosos para quitarles capacidad operativa y de esa manera perpetra asesinatos y tiene encarcelados, torturados, asilados y perseguidos a importantes dirigentes autores del triunfo. En el escenario del terrorismo de Estado el pueblo venezolano no puede ganar, pero sí puede vencer en el de las iniciativas de ejecutar el triunfo del 28-J, que María Corina llama “cobrar”.
Las elecciones del 28-J estuvieron precedidas de amplias y reiteradas negociaciones internacionales con concesiones extremas a la dictadura para que haga elecciones bajo su propio amaño. La dictadura puso las fechas, las condiciones, los candidatos, las autoridades bajo su manipulación, la agenda electoral, escogió los observadores internacionales, reprimió y delinquió, pero ni con todas las ventajas y crímenes ha podido ganar y ni siquiera hacer un fraude con mínimos elementos de credibilidad.
La debilidad y el descalabro del régimen internamente es tan extremo que Maduro tuvo que entregar el control político y represivo a su más grande enemigo interno, Diosdado Cabello, al mismo que junto con Cuba engañaron en la sucesión a la muerte de Hugo Chávez el 2013.
Ahora, en la agenda impuesta por la dictadura, estamos en el tiempo de transición para la entrega del poder el 10 de enero próximo y hay que darle una ejecución que no sea el terrorismo de Estado. La resistencia pacífica debe ser complementada con iniciativas emergentes de la victoria del 28-J, y esto es avanzar en la agenda de control efectivo del país y sus relaciones internacionales, con los mismos actores internacionales que hicieron concesiones para las elecciones.
El periodo entre el triunfo electoral y el 10 de enero no puede seguir siendo el delito desenfrenado e impune de los perdedores, solo señalado por declaraciones y protestas de solidaridad, debe tomar su verdadera naturaleza de periodo de transición para la entrega del mando presidencial y para eso la urge que la oposición ganadora de las elecciones nomine su “equipo de transición” encabezado María Corina Machado e integrado por grupos de expertos en las principales áreas de gobierno.
Ese equipo de transición del presidente electo debería tener equipos integrados por personalidades que se encuentren dentro y/o fuera de Venezuela en los ámbitos de Relaciones Exteriores, Defensa, Interior o Gobierno, Economía, Petróleo, Educación, y más… Como la Constitución de Venezuela otorga al Presidente la potestad de “fijar el número, organización y competencia de los ministerios y otros organismos de la Administración Pública Nacional, así como también la organización y funcionamiento del Consejo de Ministros…” , es muy importante que se tenga y conozca cómo funcionará el nuevo gobierno que podría tener primer ministro y una diferente organización.
Creado el equipo de transición la dictadura quedará totalmente expuesta en su debilidad y derrota. Si el componente de Relaciones Exteriores del equipo de transición asume las interacciones con las democracias del mundo tendremos una acción organizada y letal para la dictadura. Si el grupo Económico del equipo de transición toma cuenta de las relaciones económicas, financieras, empréstitos y otros aspectos con las principales contrapartes de Venezuela, veremos caer el supuesto control de la dictadura. Cuando el componente de Defensa del equipo de transición actúe contactando los mandos y los diversos niveles de las instituciones militares, veremos expuesta la intervención transnacional del crimen y el valor de los hombres y mujeres de armas venezolanos.
(*) Carlos Sánchez Berzaín es abogado constitucionalista y politólogo. Actualmente es el Director Ejecutivo del Interamerican Institute for Democracy.
Por Carlos Sánchez Berzaín (*)
Con el liderazgo de María Corina Machado, Edmundo González Urrutia es el presidente electo de Venezuela luego de derrotar al dictador Nicolás Maduro, aplicando la extraordinaria estrategia de ganarle en su escenario y con las reglas de la dictadura. González Urrutia debe asumir la Presidencia de Venezuela el próximo 10 de enero y lo que corresponde en este tiempo es establecer un equipo de transición con la líder de la campaña María Corina Machado al mando, para determinar el estado del país que recibirán y las medidas urgentes que deberán disponer.
Ya no está en discusión el resultado de las elecciones del 28 de Julio pasado (28-J), ya ha quedado en el registro del absurdo delictivo el fraude electoral con el que Nicolás Maduro pretendió burlar la voluntad soberana del pueblo venezolano. Edmundo González Urrutia está reconocido por el pueblo y por los países democráticos del mundo. Estamos en el momento de la transición de la dictadura al gobierno democrático, que dura hasta el 10 de enero de 2025 de acuerdo a la propia agenda electoral del régimen, y es necesario constreñir a los detentadores del poder al cumplimiento de su propia agenda.
Para tratar de impedir la entrega del poder que ya está perdido por la dictadura, la intervención trasnacional que sostiene a Maduro opera internamente con terrorismo de Estado y máxima violencia que solo causan el efecto de acelerar su irreversible derrota internacional.
La estrategia del crimen organizado consiste en aterrorizar a la población y descabezar los liderazgos victoriosos para quitarles capacidad operativa y de esa manera perpetra asesinatos y tiene encarcelados, torturados, asilados y perseguidos a importantes dirigentes autores del triunfo. En el escenario del terrorismo de Estado el pueblo venezolano no puede ganar, pero sí puede vencer en el de las iniciativas de ejecutar el triunfo del 28-J, que María Corina llama “cobrar”.
Las elecciones del 28-J estuvieron precedidas de amplias y reiteradas negociaciones internacionales con concesiones extremas a la dictadura para que haga elecciones bajo su propio amaño. La dictadura puso las fechas, las condiciones, los candidatos, las autoridades bajo su manipulación, la agenda electoral, escogió los observadores internacionales, reprimió y delinquió, pero ni con todas las ventajas y crímenes ha podido ganar y ni siquiera hacer un fraude con mínimos elementos de credibilidad.
La debilidad y el descalabro del régimen internamente es tan extremo que Maduro tuvo que entregar el control político y represivo a su más grande enemigo interno, Diosdado Cabello, al mismo que junto con Cuba engañaron en la sucesión a la muerte de Hugo Chávez el 2013.
Ahora, en la agenda impuesta por la dictadura, estamos en el tiempo de transición para la entrega del poder el 10 de enero próximo y hay que darle una ejecución que no sea el terrorismo de Estado. La resistencia pacífica debe ser complementada con iniciativas emergentes de la victoria del 28-J, y esto es avanzar en la agenda de control efectivo del país y sus relaciones internacionales, con los mismos actores internacionales que hicieron concesiones para las elecciones.
El periodo entre el triunfo electoral y el 10 de enero no puede seguir siendo el delito desenfrenado e impune de los perdedores, solo señalado por declaraciones y protestas de solidaridad, debe tomar su verdadera naturaleza de periodo de transición para la entrega del mando presidencial y para eso la urge que la oposición ganadora de las elecciones nomine su “equipo de transición” encabezado María Corina Machado e integrado por grupos de expertos en las principales áreas de gobierno.
Ese equipo de transición del presidente electo debería tener equipos integrados por personalidades que se encuentren dentro y/o fuera de Venezuela en los ámbitos de Relaciones Exteriores, Defensa, Interior o Gobierno, Economía, Petróleo, Educación, y más… Como la Constitución de Venezuela otorga al Presidente la potestad de “fijar el número, organización y competencia de los ministerios y otros organismos de la Administración Pública Nacional, así como también la organización y funcionamiento del Consejo de Ministros…” , es muy importante que se tenga y conozca cómo funcionará el nuevo gobierno que podría tener primer ministro y una diferente organización.
Creado el equipo de transición la dictadura quedará totalmente expuesta en su debilidad y derrota. Si el componente de Relaciones Exteriores del equipo de transición asume las interacciones con las democracias del mundo tendremos una acción organizada y letal para la dictadura. Si el grupo Económico del equipo de transición toma cuenta de las relaciones económicas, financieras, empréstitos y otros aspectos con las principales contrapartes de Venezuela, veremos caer el supuesto control de la dictadura. Cuando el componente de Defensa del equipo de transición actúe contactando los mandos y los diversos niveles de las instituciones militares, veremos expuesta la intervención transnacional del crimen y el valor de los hombres y mujeres de armas venezolanos.
(*) Carlos Sánchez Berzaín es abogado constitucionalista y politólogo. Actualmente es el Director Ejecutivo del Interamerican Institute for Democracy.