Los hijitos de los poderosos
Por Hernán Maldonado.
El presidente de Bolivia, Luis Arce Catacora, acusado de ser un incapaz (solo fue mi cajero, dijo Evo Morales de quien por 14 años fue su ministro de economía), no solo que es un taimado, sino impávido, porque no se molesta en referirse a casos de supuesta corrupción de sus hijos.
En el programa El Bunker, sus conductores no se cansan de llamar a Marcelo, su hijo mayor, Marcelitio, por sus supuestos negocios con empresas vinculadas a la explotación del mineral. Hasta mostraron fotos suyas en Rusia en negocios sobre el particular.
El diputado Renán Cabezas, denunció que Diego Choquehuanca, hijo del actual vicepresidente David Choquehuanca, adquirió un inmueble en La Paz por 300.000 dólares cuando tenía solo 25 años de edad y su padre era canciller de Evo Morales.
Ni Arce Catacora ni Choquehuanca abrieron la boca para desmentir a los acusadores de hijos, ignorando el viejo dicho castellano de que “el que calla otorga”. Quizás piensan que mejor es tener la boca cerrada…
La conducta de estos personajes contrasta con la de Cristina Kirchner, quién saltó como fiera herida cuando algunos medios argentinos sugirieron hace 4 años que Florencia Kirchner se fue a vivir a Cuba para no dar cuenta de los 5 millones de dólares suyos descubiertos en un banco argentino.
Lo que muchos se preguntaban cómo es que la jovencita, tenía entonces 20 añitos, pudo reunir semejante suma sin haber trabajado nunca.
Cristina y su fallecido esposo Nestor, eran unos simples abogadillos en el sur argentino hasta incursionar en la política. En su más reciente declaración de bienes la expresidenta, si recuerdo bien, sumó 80 millones de dólares… producto de su profesión (aunque hasta ahora no muestra su título de abogada).
…La Corte de Casación hace una semana le ratificó la condena de un juez inferior de 6 años de cárcel y prohibición de por vida para ejercer cargos públicos… (En apenas un caso de corrupción de los 5 que tiene abiertos y de mucha más gravedad).
Su hijo, Máximo Kirchner, declara poseer más de 20 propiedades inmuebles, aunque nunca ha trabajado y solo es dirigente piquetero y diputado K. Está rodeado de pandilleros y cuenta con un ejército de “periodistas” tarifados.
En México, José Ramón y Andrés Manuel, hijos de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) fueron acusados en los medios de haberse embolsillado millones de dólares en negocios turbios aprovechándose de su vínculo familiar.
José Ramón fue ubicado viviendo en Houston más de un año en un lujoso inmueble de propiedad de un miembro de la compañía Baker Hughes, vinculado a la petrolera PEMEX.
Andrés Manuel, fue estrecho colaborador de su padre en el Palacio Presidencial, y se le acusa de haber hecho pingües negocios con sus amigos empresarios adjudicatarios de gigantescas obras públicas, según denunció el famoso periodista Carlos Loret de Mola.
AMLO negó abiertamente esos casos de corrupción de sus hijos. Exigió casi a gritos que le mostraran las pruebas. El dicharachero mandatario, en lugar de ordenar una investigación, lo que hizo fue ensañarse contra los periodistas, denostándolos, persiguiéndolos y amenazándoles con juicios.
¿Con cuáles nos quedamos? ¿Con los habladores o los mudos?