Bolivia: ¡Al valor y al talento!
Publicado: Jue Sep 26, 2024 10:26 am
Bolivia: ¡Al valor y al talento!
Por Hernán Maldonado.
El valor era Mariano Melgarejo y el talento, su brazo derecho, el doctorcito Donato Muñoz...
Eran las dos caras que aparecían en la moneda que mandó a acuñar el dictador en su gobierno, oyendo los "consejos" de su áulico.
Y es que en la Historia de Bolivia de Alcides Arguedas (la que más me gusta), como en ninguna otra se retrata esos tiempos de los caudillos bárbaros.
Si pudiera rescatarse algo es que Melgarejo era un bruto, pero no escogió de ministros y asesores a más brutos que él.
Un siglo y medio después, vemos que la "historia" vuelve a vivirse en Bolivia, pero al revés. Los caudillos no se hacen asesorar o nombran a ministros que saben del manejo del Estado, sino a más ignorantes que ellos.
Ocurrió con Evo Morales. Entre sus grandes ministros solo recordar a David Choquehuanca, canciller por 11 años, y su ministra preferida, Dionisia Achacollo.
En descargo del déspota del Chapare, podría decirse que él no gobernaba en realidad, sino su lugarteniente Alvaro Garcia Linera, que a la vez era el fantoche de varios de los 300 funcionarios de la embajada castrochavista de Venezuela.
¡Claro! En su largo gobierno, la mayor parte de su tiempo el ignaro se ocupaba de jugar al fútbol (hasta lo hizo en el exterior) y a viajar sin ton ni son, hasta a cónclaves en los que aparecía como cucaracha en baile de gallinas.
¿O qué fue a hacer pues en la posesión de presidentes de clara posición opuesta a su ideología cheguevarista?
Según cálculos periodísticos, el cacique cocalero en sus 14 años de gobierno estuvo de viaje fuera de Bolivia, más de un año. Lo que no se ha revelado es ¿cuánto gastó en esos viajes, incluyendo los de sus frondosas comitivas?
Con Luis Arce Catacora las cosas han empeorado. Se suponía que el autor del "milagro económico de Bolivia" (El País de España dixit) sacaría al país del marasmo en que le dejó su jefazo (No debemos contar el interinato de 11 meses de Jeanine Añez).
"El simple cajero" (Evo dixit) que manejó la economía del país por 11 años, resultó un individuo de mediocre para abajo. Sin verbo para hacerse entender, sin gestión, acoquinado, temeroso de la crítica, incapaz, flojo. También cobarde, porque se queda mudo ante las acusaciones de corrupción grave contra sus hijos.
Pero lo peor es que, a diferencia del caudillo bárbaro, para que no se note su mediocridad, se rodea de ministros y asesores, más mediocres que él.
Pocas muestra al respecto. La actual canciller Celinda Sosa ¿merece estar en ese puesto?
El bravucón ministro de Obras Públicas apellidado Montaño, ¿lo está por haber organizado a sus milicianos azules?
¡Ah! Y la ministra de Cultura que anuncia que pedirá que "las clases de inglés en los colegios sean en castellano... O la otrita exministra que jura que hay escasez de dólares "hasta en Estados Unidos".
¿No merecemos esto los bolivianos?
¿O es que estamos absortos con la propuesta de un expresidente, fervoroso propulsor de la "inclusión social"?
¡Se cansa uno!
Por Hernán Maldonado.
El valor era Mariano Melgarejo y el talento, su brazo derecho, el doctorcito Donato Muñoz...
Eran las dos caras que aparecían en la moneda que mandó a acuñar el dictador en su gobierno, oyendo los "consejos" de su áulico.
Y es que en la Historia de Bolivia de Alcides Arguedas (la que más me gusta), como en ninguna otra se retrata esos tiempos de los caudillos bárbaros.
Si pudiera rescatarse algo es que Melgarejo era un bruto, pero no escogió de ministros y asesores a más brutos que él.
Un siglo y medio después, vemos que la "historia" vuelve a vivirse en Bolivia, pero al revés. Los caudillos no se hacen asesorar o nombran a ministros que saben del manejo del Estado, sino a más ignorantes que ellos.
Ocurrió con Evo Morales. Entre sus grandes ministros solo recordar a David Choquehuanca, canciller por 11 años, y su ministra preferida, Dionisia Achacollo.
En descargo del déspota del Chapare, podría decirse que él no gobernaba en realidad, sino su lugarteniente Alvaro Garcia Linera, que a la vez era el fantoche de varios de los 300 funcionarios de la embajada castrochavista de Venezuela.
¡Claro! En su largo gobierno, la mayor parte de su tiempo el ignaro se ocupaba de jugar al fútbol (hasta lo hizo en el exterior) y a viajar sin ton ni son, hasta a cónclaves en los que aparecía como cucaracha en baile de gallinas.
¿O qué fue a hacer pues en la posesión de presidentes de clara posición opuesta a su ideología cheguevarista?
Según cálculos periodísticos, el cacique cocalero en sus 14 años de gobierno estuvo de viaje fuera de Bolivia, más de un año. Lo que no se ha revelado es ¿cuánto gastó en esos viajes, incluyendo los de sus frondosas comitivas?
Con Luis Arce Catacora las cosas han empeorado. Se suponía que el autor del "milagro económico de Bolivia" (El País de España dixit) sacaría al país del marasmo en que le dejó su jefazo (No debemos contar el interinato de 11 meses de Jeanine Añez).
"El simple cajero" (Evo dixit) que manejó la economía del país por 11 años, resultó un individuo de mediocre para abajo. Sin verbo para hacerse entender, sin gestión, acoquinado, temeroso de la crítica, incapaz, flojo. También cobarde, porque se queda mudo ante las acusaciones de corrupción grave contra sus hijos.
Pero lo peor es que, a diferencia del caudillo bárbaro, para que no se note su mediocridad, se rodea de ministros y asesores, más mediocres que él.
Pocas muestra al respecto. La actual canciller Celinda Sosa ¿merece estar en ese puesto?
El bravucón ministro de Obras Públicas apellidado Montaño, ¿lo está por haber organizado a sus milicianos azules?
¡Ah! Y la ministra de Cultura que anuncia que pedirá que "las clases de inglés en los colegios sean en castellano... O la otrita exministra que jura que hay escasez de dólares "hasta en Estados Unidos".
¿No merecemos esto los bolivianos?
¿O es que estamos absortos con la propuesta de un expresidente, fervoroso propulsor de la "inclusión social"?
¡Se cansa uno!