Bolivia: La injusticia de la justicia
Por Hernán Maldonado
El caudillo cocalero Evo Morales lloriquea atrincherado en su feudo del Chapare al considerarse injustamente perseguido por una fiscal tarijeña que le imputa el delito de estupro.
Debió presentarse a formular su primera declaración el jueves pasado, pero no acudió a la cita aduciendo falta de garantías.
Sus apandillados empezaron esta semana a bloquear caminos y carreteras para “resguardar la libertad, integridad y secuestro” de su líder. (¿Resguardar el secuestro?).
Los que no tienen garantías son los millones de bolivianos que se verán perjudicados enormemente por el malicioso bloqueo. Sin contar las cuantiosas pérdidas económicas.
Lo paradójico es que quien se siente perseguido judicialmente y se queja de falta de garantías, es el mismo sujeto que desde su alto cargo de presidente de Bolivia causó la muerte del ingeniero José María Bakovic y del ex Director del Fondo Indígena, Marco Antonio Aramayo.
Bakovic, ex alto funcionario del Banco Mundial, decidió regresar para servir a Bolivia en sus últimos años de vida. Fue designado presidente del Servicio Nacional de Caminos.
Porque al cocalero alguien le alborotó las hormonas, decidió ilegalmente destituir a Bakovic bajo una montaña de acusaciones falsas. Los jueces carroñeros lo hicieron deambular de juzgado en juzgado en La Paz, Cochabamba, Sucre, sin condolerse de que el anciano sufría del deterioro de su salud.
Pidió que su causa fuera tramitada en Cochabamba, para evitar la altura de La Paz. Los jueces evistas le negaron y el ex funcionario sucumbió a un ataque cardiaco en 2013.
Aramayo corrió análogo trato por parte de los jueces del cocalero. Su delito fue denunciar una malversación de 700 millones de dólares del Fondo Indígena, cuya titular era la favorita de Morales, Nemesia Achacollo, una semianalfabeta, una de cuyas hijas menores habría sido víctima de la lascivia del jefazo, según reveló (aunque luego se retractó) un conocido empresario boliviano.
Aramayo murió encarcelado el 2022, sin que prosperasen en sentencia ninguno de los 256 procesos que le siguieron los jueces corruptos al servicio de Morales. Fue atroz su sufrimiento. Lo trasladaban de ciudad en ciudad, esposado, a altas horas de la noche, le negaban servicios médicos, etc. etc.
¡Ah!, pero ahora el cruel perseguidor de inocentes, se victimiza porque una fiscal (que él mismo nombró) le cita para que responda por el estupro de una menor a la que embarazó en Yacuiba, en apenas un caso de no menos de una docena que se le atribuyen, por lo que también se le acusa de trata.
En el fondo, esta es una trama política dentro de la división en el partido gobernante. Luis Arce Catacora, el actual presidente, ¿no se sacaba fotos con Noemí, la otra menor-amante del jefazo? ¿No sabía de su pedofilia? Pero si fue su ministro de economía durante 11 años? ¿Por qué no ordenó que se lo juzgue apenas asumió el poder hace 4 años?
Amanecerá y veremos.