LOS VIAJES PRESIDENCIALES




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Domingo 18 de abril del 2010


LOS VIAJES PRESIDENCIALES

Por Hernán Maldonado

Nunca olvidaré el bochorno que pasé en 1974 en el Aeropuerto de Maiquetia de Caracas esperando la llegada del general Hugo Bánzer Suárez para lo que sería su primera entrevista con el presidente venezolano Carlos Andrés Pérez.

Los allegados al dictador boliviano, quizás tratándo de congraciarse con él, lo convencieron de viajar en el "avión presidencial", que resultó ser una nave del Lloyd Aereo Boliviano, a la que le pintaron la bandera y el escudo nacional.

Antes de eso, los presidentes bolivianos en sus muy raras salidas al extranjero, lo hacian en naves de la aviación comercial mundial. Viajaban en primera clase, con un puñado de asistentes y un par de periodistas, sujetándose a los horarios de esas líneas aéreas.

Se suponía que el "avión presidencial" de Bánzer iba a llegar a Caracas pasado el medíodía. Cuando decenas de periodistas ya estábamos en el aeropuerto, se nos informó que el vuelo estaba retrasado. El avión averiado estaba varado en Iquitos.

Cuando finalmente llegó, ya había anochecido. Por cuestión de protocolo se retiró el batallón que le rendiría honores militares. Aparentemente a Bánzer y su comitiva no les informaron del clima tropical y como salieron de La Paz en pleno invierno, desembarcaron llenos de abrigos, chalinas, guantes, pasamontañas, etc.

Excepto Bánzer y su esposa, el resto de la comitiva cargaba sus ropas excedentarias y hasta algunos paquetes. Cuando formaron fila para ser presentados a Pérez no sabían cómo dejar sus manos libres, en medio de copiosos sudores.Todo ésto causaba hilaridad malsana en los colegas, muchos muy molestos por haber esperado casi 8 horas en el aeropuerto.

Obviamente vivimos otros tiempos y nuestros presidentes deben viajar mucho más, aunque a veces sin necesidad o sólo en solidaridad con un colega al que se le deben favores, como es el caso de Evo Morales respecto a Hugo Chávez. Por ejemplo, ¿era imprescindible que Morales viajara a Caracas a los actos del 19 de abril?

Con un presidente que se jacta de representar a los más desposeidos, en un país donde la pobreza alcanza proporciones inmensas, ¿se justifica que se compre en Francia un avión presidencial que cuesta 38,7 millones de dólares?

¿Cuántos hospitales pequeños, cuántas escuelas pudieran construirse y equiparse en Bolivia con esa suma? Y que conste que, por si acaso hay que viajar a la Copa Mundial Sudáfrica-2010, también se compra un Antonov ruso de largo alcance.

"Tenemos el dinero suficiente", dice jactancioso el vicepresidente Alvaro García Linera. Quizás a él es a quien más le interesa la compra para seguir mandando y convertir a Morales en lo que en los hechos ya es el "relacionador público" de su gobierno, porque está más en el interior o exterior del país que en su despacho de La Paz.