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Miércoles 16 de agosto del 2017


VENEZUELA Y LA AMENAZA DE TRUMP

Por Hernán Maldonado

El vicepresidente Mike Pence está de gira por Colombia, Argentina, Chile y Panamá. Leo y releo sus declaraciones y me da la impresión de que su objetivo es informar a los gobiernos de esos países de lo que Estados Unidos se propone hacer para terminar con la atroz dictadura castro-comunista venezolana.

Aunque Pence subraya que una presión diplomática y económica hará que Venezuela retome la senda democrática, no debe pasarse por alto que la gira se inicia precisamente al día siguiente de que el presidente Donald Trump anunciara que no descarta “la opción militar” para acabar con esa dictadura narco-corrupta.

Trump, que no se caracteriza por la mesura de sus palabras, en realidad le hizo un favor al régimen chavista porque su aparato comunicacional está tratando de convencer a los venezolanos de que hay que unirse contra la eventual invasión gringa, despertando esos nacionalismos atávicos que padecen nuestros países.

El poderoso movimiento opositor, que en 132 días se enfrentó en las calles a la tiranía a un saldo de más de 120 muertos, en su mayoría estudiantes, se enfrió súbitamente y manipulado hábilmente por el G2 cubano, decidió acudir a elecciones regionales, porque no hacerlo sería entregarle al oficialismo las 23 gobernaciones y las 335 alcaldías.

Pero los jóvenes que murieron, los miles de heridos y detenidos, no lucharon por elecciones, sino por la salida de Maduro y sus secuaces del gobierno. Ahora, el G2 se apuntó otro triunfo de carambola, dividió a la oposición entre los que van a elecciones “para no perder espacios” y los que creen que no debe abandonarse la calle.

Para aumentar una generalizada decepción que raya en una profunda depresión, la dictadura arrecia la represión, anuncia leyes draconianas, todo el que se le oponga será juzgado como traidor a la patria, allana inmunidades parlamentarias, persigue a la fiscal general de la nación, Luisa Ortega Diaz y, por si fuera poco, anunció que decidirá quiénes pueden ser candidatos de la oposición. (No habrá otra Cuba, dijo Pence en Argentina… ¿De verdad?)

“No vamos a permitir que Venezuela sea un Estado fallido”, subrayó Pence, como dando aliento a los que creen que solo una intervención militar norteamericana, tipo Panamá, podrá sacar del poder a la dictadura. Cuando el ejército de Estados Unidos acabó con el general Manuel Noriega, no informó a nadie que lo haría. Hubo protestas de todos los países pero luego todo se calmó y hoy Panamá es una sólida democracia.

Obviamente que Pence no está pidiendo permiso a nadie sobre lo que eventualmente ordenaría Trump. Por anticipado, las condenas a un intervención militar provienen de casi todos los países y más si es de carácter unilateral, contrariamente a lo que ocurrió en 1965 en República Dominicana, pero si se diera, ocurrirá lo que en Panamá.

Pence también ha puesto de relieve la gravedad de la crisis humanitaria que puede desbordarse en cualquier momento, mientras el régimen niega que exista y demuestra que saldrá del poder solo por la fuerza y que cuenta para ello con los militares que le juran lealtad y que este fin de semana realizarán maniobras para demostrar que derrotaran “al invasor yanqui”, como dice el ministro de la Defensa, Gral. Vladimir Padrino López.

La gran pregunta es si Trump cumplirá su amenaza y no puedo sino recordar ese pasaje de la película “Lo bueno, Lo malo y Lo feo” en la que Tuco (el feo) está tomando baño en una tinaja y un bandolero entra para decirle que lo va a matar. Tuco, desde dentro del agua enjabonada, dispara y lo mata: “Cuando digas que vas a disparar, ¡dispara! No hables”, le dice al hombre que ya no oye.