Las semillas del odio




Regreso al comienzo




Gracias por
firmar el libro
de visitas




Artículo
anterior






Opiniones




Libros




CHAT ROOM
Tema Libre

Viernes 13 de agosto del 2010


LAS SEMILLAS DEL ODIO

Por Hernán Maldonado

Un escalofrío recorrió mi cuerpo porque de pronto imaginé a multitudes desbordadas tratando de destrozarse a golpes y tiros en las calles de Venezuela. Todo comenzó cuando se supo que había muerto este jueves el diputado Luis Tascón, víctima de un cáncer del colon que lo mantuvo agonizante por tres meses.

Un torrente de maldiciones e insultos de grueso calibre llenó las páginas de opinión digitales venezolanas, a pesar de encendidos llamados a la serenidad de personas de buena voluntad y de muchos que creen que el único que debe juzgar ahora es Dios.

Creí que los venezolanos, profundamente divididos por el verbo encendido de Hugo Chávez, habían dejado atrás el odio que se percibía entre oficialistas y opositores muy especialmente a mediados de la década del 2000.

Chávez siempre habla de aniquilar, pulverizar, eliminar a sus opositores. En una ocasión dijo que en el Este de Caracas, donde vive más de 2.5 millones de habitantes, en su mayoria adversarios suyos, "no quedará piedra sobre piedra" si algo le ocurriera. Recientemente recordó a sus huestes que "ya saben lo que tienen que hacer", si fuera asesinado.

¿Pero quien era Luis Tascón? Un oscuro diputado chavista hasta el 2004 cuando, amparado en alguien muy poderoso, consiguió que el Consejo Nacional Electoral le entregara ilegalmente los libros en los que los venezolanos pidieron con sus firmas la revocatoria de Chávez como Presidente.

Por la infame "Lista Tascón", decenas de miles de empleados públicos fueron echados de sus cargos, se les dificultaban trámites en oficinas públicas, se les prohibió el acceso a divisas para viajar. Tampoco podían acceder a trabajos en la empresa privada que dependia de préstamos del gobierno. Virtualmente se les declaró la muerte civil.

Era política oficial. El ministro de Salud el 2004, Roger Capella, declaró públicamente que en su ministerio no trabajarian los que firmaron contra Chávez. El petrodictador señaló el rumbo: "El que no está con la Revolución, puede irse". Miles tomaron el camino del exilio. Entre los que se quedaron vi a profesionales del petróleo vendiendo baratijas a la entrada del Metro.

En enero del 2005 Chávez ordenó que se enterrara la "Lista Tascón" que, a los efectos prácticos nunca ha dejado de tener vigencia dentro de la política de exclusión oficialista.

Tascón se alejó del chavismo el 2008, sin haberse arrepentido jamás de haber causado la ruina de miles de hogares venezolanos. Chávez pidió orar por él. Probablemente Tascón supo del gesto a pesar de la morfina que le aplicaban en los últimos meses para atenuarle los atroces dolores por la terrible enfermedad. Ojalá descanse en paz.