Venezuela: ¿Todo sigue igual?




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Lunes 9 de diciembre del 2013


VENEZUELA: ¿TODO SIGUE IGUAL?

Por Hernán Maldonado

Las elecciones municipales, en las que el gobierno tiró la casa por la ventana, arrojaron el domingo algunos resultados sorprendentes, pero en líneas generales puede afirmarse que todo sigue igual, es decir que Venezuela electoralmente está partida por la mitad.

El 14 de abril el oficialismo alcanzó el triunfo en las elecciones presidenciales por un escuálido 1.49% y en los comicios ediles, con los resultados de un 77 por ciento de los escrutinios, la oposición tenia ligera ventaja (1%) en el total de votos emitidos.

El presidente Nicolás Maduro celebró lo que consideró un “gran triunfo electoral para decirle al mundo que continúa la revolución bolivariana”. El oficialismo (faltando los resultados de unas 77 alcaldías) logró triunfar en 191. En total estaban en juego 335 alcaldías.

Obviamente Maduro estaba exagerando porque la oposición ganó en las alcaldías más importantes cualitativa y cuantitativamente, como la Alcaldia Mayor de Caracas que sigue en manos de Antonio Ledezma, así como la de Maracaibo, el segundo municipio más importante del país.

La suma de votos alcanzada por Ledezma y Evelyn de Rosales, significan casi la votación de casi un centenar de alcaldías rurales obtenidas por el oficialismo. La oposición, además, ganó alcaldías significativas como las de Barquisimeto, Mérida, Maturin, San Cristóbal y Valencia.

El gobierno, tratando de explotar el sentimentalismo de sus seguidores, y violando la ley electoral, decretó el 8 de diciembre como “el Día de la Lealtad al comandante Hugo Chávez”, fallecido el 5 de marzo víctima de cáncer terminal.

La sorpresa del día lo dio justamente el electorado de la ciudad de Barinas, cuna del líder chavista, que cayó en manos de la oposición por primera vez en 15 años. Valencia, otra ciudad importante, será gobernada por Miguel Cocchiola, líder regional, perseguido con saña por el gobierno.

Las elecciones dominicales se produjeron con un abuso de poder jamás visto en Venezuela. El gobierno virtualmente echó la casa por la ventana. Hasta hace un mes su derrota parecía inevitable debido a la brutal escasez de artículos de primera necesidad. Maduro revirtió la tendencia autorizando saqueos de comercios y rebajando drásticamente los precios de electrodomésticos.

Se apoderó virtualmente de todos los medios de comunicación del país y lanzó una campaña propagandística colosal mostrándose como víctima de una “guerra económica” propiciada por el “imperialismo y la burguesía parasitaria”.

Los resultados demostraron que tuvo relativo éxito porque de otra manera es inexplicable cómo miles de votantes le dieron su respaldo a los candidatos oficialistas, siendo así que a diario deben hacer colas desde la madrugada para conseguir un litro de leche o aceite o un kilo de harina pan, azúcar, café, arroz. Todo esto en medio de una inseguridad brutal que ha causado la muerte este año de casi 125.000 venezolanos.

El gobierno, castigado por la inflación, también debió emitir dinero sin respaldo lo que ha llevado el bolívar de un cambio oficial de 6.30 por dólar a casi 10 veces más ese valor en el mercado paralelo. Por ley, en Venezuela está absolutamente prohibido hacer mención a este tipo de cambio.

Difícil saber, por ahora, cuál el camino que tomará la oposición. Pero la pregunta más importante es: ¿Cómo resolverá Maduro la crisis económica que se acentuará desde enero? Los economistas creen que, “envalentonado por su gran victoria” Maduro, devaluará el bolívar. Gravísimo. Amanecerá y veremos.