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Sábado 24 de septiembre del 2016


LOS PUEBLOS ENGAÑADOS

Por Hernán Maldonado

El pueblo argentino, cansado de la enorme corrupción del régimen de Nestor y Cristina Kirchner, eligió hace 9 meses a Mauricio Macri, quien enarbola el pendón de la transparencia y la honradez en el manejo de la cosa pública. Hoy su gobierno parece envejecido porque los corruptos demuestran una indudable habilidad para movilizar masas y hacerle la vida imposible.

Hay que reconocer que los izquierdistas de todas las tendencias, son incapaces hasta para limpiarse los dientes, pero son campeones para capitalizar el menor descontento social. Son los maestros de la movilización de masas. Las manipulan como a mansas ovejas. La ignorancia es el terreno donde mejor se desenvuelven.

Antes de dejar el poder, Cristina hizo nombrar a jueces venales en puestos desde donde se aseguraría la impunidad por sus colosales latrocinios. Si no fuera así, no se explica cómo es que todavía no está presa. Su hija Florencia hasta ahora no puede explicar dónde o cómo se ganó casi $5 millones que se le descubrieron en un depósito bancario.

El mundo vio atónito como el ex alto funcionario kirchnerista José López escondía en un convento, amparado en el velo de la noche, bolsas con $9 millones en efectivo. También vio como en un departamento de Madero, allegados al kirchnerismo usaban máquinas para contar millones de dólares.

Estos tres casos, públicos y notorios, son apenas una pequeña muestra del robo colosal al Estado argentino. Pero parece que no hubiera pasado nada. Cristina (la "vieja que es peor que el tuerto", José Mujica, ex presidente de Uruguay, dixit) está en campaña para hacerle difícil la gestión a Macri. Saca a sus tarifados a la calle a protestar y hasta la Confederación General del Trabajo alista una huelga.

En Brasil ocurrió algo parecido y por eso fue defenestrada constitucionalmente Dilma Rouseff, la otrora poderosa presidenta de Petrobras, amparada por su padrino Lula da Silva. La revista Veja muestra las mansiones que Lula tiene y que aparentemente le fueron obsequiadas por la multinacional OAS, constructora de autopistas, estadios, hospitales en más de 20 países y que, según denuncias, acostumbra a adjudicarse multimillonarias obras sin licitación, gracias a dádivas a los gobernantes corruptos.

Lula llora ante las acusaciones y dice que acudirá por sí mismo a la cárcel si le prueban las acusaciones de corrupción. Manipula a las masas y los izquierdosos sacan a la gente a la calle exigiendo la destitución del presidente Michel Temer o la convocatoria a nuevas elecciones.

El llanto llega allende las fronteras donde se expresa la solidaridad mafiosa entre los socialistas del Siglo XXI. Por eso el desplante en la Asamblea de las Naciones Unidas de los delegados de Cuba, Bolivia, Venezuela, Ecuador y Nicaragua, que se negaron a escuchar lo que Temer tenía que decir.

Temer y Macri la tienen difícil tratando de enderezar entuertos. No es nada popular subir precios del gas, electricidad, agua que por años los demagogos han mantenido subsidiados. Provoca rechazo el acabar con la burocracia inútil, con los miles de empleados del Estado que se ganaban la vida sin trabajar, pero si con la obligación de ir a las marchas de apoyo de los mandamases.

Y lo que ocurrió, y aún ocurre, en Brasil y Argentina son casi nimiedades en la atribulada Venezuela. ¿Será por esto que algunos opositores no tienen prisa en salir del chavismo corrupto y ladrón? Quizás esperan que el régimen se pudra solo para que sobre su cadáver se construya el nuevo país. Amanecerá y veremos.