Tierra Lejana-- Página de Hernán Maldonado




Regreso al comienzo




Gracias por
firmar el libro
de visitas




Artículo
anterior






Opiniones




Libros




CHAT ROOM
Tema Libre

Domingo 25 de junio del 2006


LA LENGUA COMO PROBLEMA

Por Hernán Maldonado

No, no voy a referirme a esa estupidez que como política de Estado pretende imponerse en Bolivia para que todo funcionario público hable al menos una lengua nativa como condición para desempeñar su cargo. ¿Dirá Evo Morales un discurso completo en aymara, quechua o guaraní?

A lo que voy a referirme es a esa otra lengua desatada sin control que desde las más altas esferas gubernamentales insulta, miente, juzga y castiga actualmente en Bolivia copiando al pie de la letra las "enseñanzas" de Hugo Chávez Frías.

Porque no hay memoria alguna que nos recuerde a otro mandatario que haya menoscabado la majestad del cargo como Chávez para referirse a sus "enemigos" políticos.

En el plano interno el déspota venezolano se permite poner apodos a personalidades que lo adversan endilgándoles calificativos perversos.

E internacionalmente Chávez comenzó por llamar al presidente George W. Bush "pendejo", para ampliar luego su repertorio al de "asesino, criminal, borracho, terrorista, Mister Danger (señor peligro), genocida, donkey (burro), etc". Bush le ha prestado la misma atención que un elefante al vuelo de una mosca porque lo que le interesa es que Chávez le siga llenando el tanque de combustible.

Con Vicente Fox las cosas han sido diferentes. El mandatario mexicano no se caló el insulto de ser un "cachorro del imperialismo" y las relaciones de los dos países están desde hace siete meses suspendidas.

Al peruano Alán García lo llamó "ladrón" y mostrando públicamente un euro dijo que lo cuidará si coincide con el nuevo presidente peruano en algún conclave internacional.

Ahora nuestro émulo de Chávez hace lo mismo en el plano interno (llamó "mostrenco sarnoso" a un ex presidente) y no desperdicia ocasión para atacar al "imperio" y hasta promete declararle la guerra, lo mismo que su lenguaraz tutor caribeño.

Lo que nuestro flamante presidente no quiere reconocer es que no puede ni siquiera repetir las bravatas de Chávez porque Bolivia no es Venezuela. No nadamos en petrodólares y el gobierno no tiene con qué comprar conciencias ni sospechosas lealtades.

Los altisonantes discursos recientes en Caranavi, Irupana y Punata han causado recias reacciones en Washington donde en las más altas esferas ya había preocupación inocultable por las nuevas políticas que sobre la coca pone en marcha el neosocialisno indigenista.

Si a eso se le suman las mentiras rectificadas por el propio Morales de que Estados Unidos manda criminales (como el caso del chiflado que atentó contra dos hoteles en La Paz) o la más reciente, de que hay soldados yanquis vestidos de turistas y estudiantes operando en Santa Cruz, la cosa se agrava.

Las declaraciones de legisladores estadounidenses y de calificados miembros del Departamento de Estado la semana pasada han sido un claro "mensaje a García".

Entre todos ellos, el más categórico fue Adolfo Franco, jefe de USAID: "Ciertamente no nos gustaría ver el modelo venezolano repetido en Bolivia", declaró.

Morales, antes de asumir la presidencia dijo que se convertiria en "la pesadilla" de Washington y sus palabras no han caido en oídos sordos. El desprecio estadounidense a la primera misión de La Paz que fue a reclamar la extradición de Gonzalo Sánchez de Lozada fue el primer toque de alerta.

Por todo esto quizás sea insulzo el proyectado viaje en julio del vicepresidente Alvaro García Linera a Washington para que el apaleado "imperio" prorrogue la vigencia del convenio de preferencias arancelarias ATPDEA que vence en diciembre y que preocupa hondamente a 100.000 trabajadores de El Alto.

Ya Thomas Shannon, jefe máximo del Departamento de Estado para Asuntos Interamericanos ha dicho que si a Bolivia le interesa ese tipo de convenios, "hará bien en seguir el ejemplo de los otros países andinos que han aprobado el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos". Oido al tambor, pues.





!-- Piwik -->