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Miércoles 22 de julio de 1998


BOLIVIA: "HORA INVERNAL"
Y EL HORARIO CONTINUO

Por Hernán Maldonado
Especial para la Agencia de Noticias Fides


Miami – Siempre me ha parecido ridículo que los campeonatos de béisbol de Puerto Rico, Venezuela y República Dominicana sean denominados "torneos de invierno".

Pero si los estadounidenses lo llaman así, más ridículo todavía es que en esos tres países se haya institucionalizado la denominación.

¿Torneo de invierno en Venezuela en septiembre, octubre, noviembre, con una media de 24 grados centígrados? Vaya estupidez.

Pero bueno, parece que en todas partes se cuecen habas. Las autoridades bolivianas acaban de aprobar un horario de invierno, que regirá desde 1999 y que abarcará de junio a septiembre.

Resulta que en esos meses, en La Paz por ejemplo, al mediodía nunca baja la temperatura de 12 grados centígrados. Un clima, sabroso, impensable en el invierno del norte.

Por su ubicación geográfica Bolivia no necesita de un horario de invierno. Apenas hay una diferencia de una hora entre el nacimiento y el ocaso del día. En los países septentrionales la diferencia es hasta de tres horas y esa la razón del cambio de horario. Pero, ¿en Bolivia?

A propósito, en Riberalta el termómetro ha estado marcando desde hace una semana 32 grados al mediodía. ¿Puede llamarse a esto invierno?

A falta de mejores realizaciones en su primer año de gobierno, la megacoalición actual también ha autorizado, por ahora gradualmente, el establecimiento del horario contínuo.

Obviamente el sindicalismo organizado se ha opuesto porque supuestamente se viola el "sagrado derecho" del trabajador al descanso de dos horas al mediodía.

En algunos casos se ha llegado a una transacción y los obreros y empleados tendrán media hora para su merienda, descontable de la jornada de ocho horas, lo que quiere decir que sólo trabajarán siete horas y media. Otra ridiculez.

En Estados Unidos, donde reina el horario contínuo, dado que se paga por hora y no por día trabajado, sería un absurdo monumental que el empleado se quitara media hora de sueldo.

También en Estados Unidos cada quien tiene una hora para su "lunch", pero las ocho horas de trabajo son inviolables. O sea que uno está en su puesto de trabajo nueve horas.

Claro está que hay flexibilidades. Por ejemplo gente que no toma su "lunch hour" y cumplidas sus ocho horas se va a casa o que sólo toma media hora, etc.

Lejos de lo que creen muchos de nuestros dirigentes sindicales, nadie se va a morir trabajando ocho horas seguidas. Los beneficios son obvios en ciudades que han dejado de ser pueblos. El trabajador gana, porque no gasta en el transporte ida y vuelta a su casa al mediodía.

Además, en La Paz ultimamente entre salir de la oficina en el centro, llegar a Miraflores en taxi o autobús, llegar a la casa, almorzar a toda velocidad y salir otra vez a la oficina, se pasan las dos horas volando. El empleado u oficinista lo único que gana es stress.

Y no hablemos de los que viven en barrios más alejados, o en El Alto. La mayoría se queda deambulando cerca de su centro de trabajo. Una lamentable manera de perder el tiempo.

Como las modalidades de trabajo son diferentes, debe dejarse la institucionalización del horario contínuo al consenso entre empleador y empleados. Nada más saludable para un país abrazado a la causa neoliberal.