Evo: ¿Un conejillo de indias?




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Martes 9 de julio del 2013


EVO: ¿UN CONEJILLO DE INDIAS?

Por Hernán Maldonado

El delator estadounidense Edward Snowden "talvez ya no se encuentra en un aeropuerto de Moscú sino en Caracas o cerca", dijo este fin de semana Eva Golinger, editora del Correo del Orinoco International, un medio financiado por el gobierno venezolano, a quien le gusta describirse como "un soldado de la revolución bolivariana".

Sin embargo, la realidad parece ser que Snowden sigue en el aeropuerto moscovita Sheremetyevo y que su presencia en suelo ruso quema al punto que legisladores rusos se muestran ansiosos de que el norteamericano acepte la propuesta de Venezuela de darle asilo.

Alexei Pushkov, jefe del Comité de Relaciones Internacionales de la Cámara Baja, declaró a The Washington Post, que irse a Venezuela "sería la mejor decisión que pueda tomar Snowden", dado el bajo nivel de las relaciones del gobierno de Nicolás Maduro y Washington.

La presencia del espía no podría "empeorar" aún más esas relaciones, dijo Pushkov, quien según el diario estadounidense generalmente refleja la opinión del gobierno de Vladimir Putin en materia de relaciones internacionales.

Mientras tanto el periodista venezolano Nelson Bocaranda, de alta credibilidad desde siempre y mucho más desde que fue el único que con lujo de detalles informó sobre la enfermedad y los últimos días del presidente Hugo Chávez, ha insinuado que el presidente de Bolivia pudo haber sido utilizado como un conejillo de indias.

Evo Morales, para algunos observadores internacionales, realizó un viaje a Moscú sin aparente razón alguna y encubierta por ciertos tratados en materia petrolera con una compañía rusa. Durante su estancia hizo declaraciones a favor de Snowden, con poco conocimiento de causa y solo llevado por su pertinaz antinorteamericanismo.

Para esos mismos observadores parecía incongruente que Morales buscara aparecer como campeón del derecho de asilo, siendo así que desde hace más de un año su gobierno se niega a otorgar salvoconducto al senador opositor Roger Pinto, asilado en la embajada de Brasil en La Paz.

Bocaranda atribuye a agentes de inteligencia la versión de que "quizás la confusión con el avión de Morales obedeció a una prueba montada por los cubanos en Moscú para saber si se corría algún riesgo montando al fugitivo sin papeles legales" en el avión que conducía a Nicolás Maduro rumbo a Bielorusia.

El periodista se sorprende, además, por la rabieta que "montó en Minsk el canciller venezolano Elías Jaua, quien denunció "el intento imperialista de homicidio contra Morales (que) se sentía en el gobierno (venezolano) como si fuera contra el presidente" Maduro quien, empero, "no se atrevió a montar al joven filtrador en su aeronave".

Bocaranda destaca también un detalle interesante que quizás pasó desapercibido a los servicios de inteligencia del "imperio". Afirma:

"Otro asunto es que los aviones presidenciales, ejecutivos o de entes oficiales extranjeros no aterrizan ni despegan del aeropuerto de Sheremetyevo donde está escondido Snowden sino del aeródromo de Vnukovo. Así que si querían recoger al fugitivo habrían tenido que hacer un pequeño vuelo entre los dos terminales".