EL HONORABLE FIDEL




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Jueves 25 de agosto 2011


"EL HONORABLE FIDEL"

Por Hernán Maldonado

Es un viejo consejo que nadie debe meterse en los líos entre esposos, y más ahora en pleno Siglo XXI dado el apogeo del Derecho de la Familia, las leyes de protegen a las mujeres, el Derecho del Menor, la igualdad de género y la proliferación de las ligas femenistas.

Una reciente estadística de la violencia intradoméstica en El Alto demuestra que la policía ocupa gran parte de su tiempo atendiendo estos casos. Lo más recurrente es la violencia contra la esposa. Generalmente todo termina en la denuncia porque el marido se disculpa, o la mujer lo perdona y santa paz... hasta la próxima vez.

Muy pocos casos llegan a los tribunales y culminan con el divorcio. Pesa todavía la vergüenza social, el temor del desamparo de los hijos, la situación económica o la imposibilidad de pagar las pensiones.

Todavía niño, me acuerdo haber sido testigo de palizas de un hombre a su mujer cuando pasaba mis vacaciones en Itapaya, Cochabamba. Algunos testigos presenciales evitaban inmiscuirse. "Siempre ocurre. Apuesto que mañana ya van a estar abuenados" (reconciliados), escuchaba decir. Peor todavía, existia una frase en quechua que empezaba "anchata munakuyki, anchata magakuyki" (no sé si se escribe así) que queria decir: Así como tanto te quiero, asi tanto te golpeo".

Me vienen estás cosas a la cabeza al ver en los diarios bolivianos y algunos extranjeros la foto de Arminda Colque, la esposa del senador del Movimiento al Socialismo (MAS), Fidel Surco, "ciega, sorda, coja y manca", como se describe a si misma, clamando porque el marido le pase una pensión con qué sostenerse ella y sus dos hijos.

"No tengo cómo ganarme el sustento", dijo Colque este jueves al concurrir a una audiencia fallida de conciliación, a la que no acudió el senador y que no pudo realizarse porque a la fiscal Viviana Nieto se le ocurrió renunciar el lunes pasado.

Colque nunca ha planteado el divorcio y acusa a su esposo de abandono de hogar. Surco dijo que fue echado de la casa en mayo. Colque replica que fue porque "cometió actos inmorales" al unirse extramatrimonialmente con una joven "con la que actualmente vive".

Oscar Burgoa, abogado de Surco, entregó en la audiencia una tarjeta para que la esposa reciba atención médica. "Esto le manda el honorable Fidel", le dijo. (No ahora, sino desde siempre, me parece ridículo que a los legisladores bolivianos se les llame "honorables").

Colque quedó gravemente incapacitada cuando en mayo le explotó en las manos un sobre-bomba supuestamente dirigido a su marido, un empresario del transporte de pasajeros a los Yungas antes de convertirse en poderoso senador oficialista, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores que nombra embajadores. La policía nunca descubrió a los autores del atentado.

Surco, además, se ha visto involucrado en incidentes en las poblaciones de Escoma y Caranavi suficientes como para perder la inmunidad parlamentaria. El más grave ocurrió en El Alto en 2011 cuando en estado de ebriedad atropelló a una persona. Fue arrestado, pero hasta que se le pasaran los efectos alcohólicos, tras lo cual culpó a su chofer. Todo quedó en nada.

¿Será tan difícil para el honorable Surco desprenderse de algo de su sueldo equivalente a 2.000 dólares (Unas 18 veces el sueldo mínimo en Bolivia) y atender el clamor de su mujer?