Tierra Lejana-- Página de Hernán Maldonado




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Domingo 15 de septiembre del 2002


LA DESASTROSA POLITICA COMUNICACIONAL

Por Hernán Maldonado


Hace menos de dos semanas, la influyente The Associated Press puso en el mapa noticioso mundial a Bolivia al informar que se había producido un grave enfrentamiento en el Chapare con el saldo de 22 heridos entre cocaleros y militares.

La información era completamente cierta, excepto que el choque se había producido cuatro semanas antes. Los lectores de El Nuevo Herald de Miami, poco avisados, seguramente sacaron cuentas y dedujeron que en menos de un mes del nuevo gobierno ya había 44 heridos.

¿Qué es lo que ocurrió? Pues que por alguna razón que nadie explica hasta ahora, la Agencia Boliviana de Información (ABI), desenterró una "vieja" noticia que ya había sido divulgada y de allí la recogieron por segunda vez las agencias noticiosas, entre ellas la AP, sin caer en cuenta que era una repetición.

Más tarde se reveló la grosera metida de pata de ABI, pero en el exterior nadie desmintió ni corrió la versión o hizo constar que se trataba de un error de información del gobierno boliviano. Asi que para la contabilidad foránea, queda registrado que hasta ahora hay 44 heridos en las luchas entre cocaleros y militares en el Chapare.

Esta es apenas un nueva muestra de la total incapacidad de nuestros gobiernos para estructurar una verdadera política comunicacional. Este el desgraciado precio que como país pagamos porque nuestros gobernantes colocan en esos puestos a unos irresponsables, expertos sólo en doblar la cerviz ante el poderoso de turno.

Un ejemplo de esto es lo que acaba de ocurrir en el canal 7 de Televisión Boliviana. El periodista argentino Oscar Giusani fue culpado de la interrupción de una transmisión desde el Parlamento cuando pronunciaba un discurso el diputado Manuel Morales Dávila, del MAS.

El parlamentario denostaba contra su némesis el presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, cuando fue sacado del aire. El escándalo salpicó al Director del Canal, Alfonso "Toto" Arévalo quien tuvo que renunciar a solo días de ser posesionado.

Lo paradójico del caso es que Arévalo no renunció por "censurador" sino por haberse develado que no había cumplido con los requisitos de la ley SAFCO antes de ser posesionado. Resulta que Arévalo, según ha trascendido, desde hace años estaba en negocios con el canal estatal, al cual inclusive le debe dinero por el alquiler del espacio que ocupan sus programas deportivos.

Arévalo fue designado al cargo por Jaime Paz Zamora, líder del MIR, dado que en el vergonzoso cuoteo, esa repartición pública corresponde a este partido. Paz Zamora se deslinda de cualquier responsabilidad sosteniendo que el ministro de la Presidencia, Carlos Sánchez Berzain, del MNR, debía saber a quien posesionaba.

Mientras tanto, a raíz de la censura a Morales Dávila, el escándalo pica y se extiende y el diario La Prensa reveló este fin de semana un informe de la Contraloría poniendo al descubierto medio centenar de hechos irregulares en el canal estatal en una auditoria de la gestión 1999-2000.

Entre las irregularidades descubiertas hay no menos de un centenar de casos entre los que se destacan fallas en la contratación de personal, negligencia en el cumplimiento de contratos, incapacidad para cobrar deudas por pautas publicitarias o servicios, viajes y viáticos de funcionarios sin la autorización correspondiente, etc.

El diputado del MAS, Antonio Peredo Leigue, un viejo periodista, ha anunciado que la investigación no parará hasta que, como resultado, los principales organismos de comunicación del gobierno, Radio Illimani, ABI y el Canal 7 funcionen en interés del país y no de grupos políticos oficialistas.

Ojalá que la promesa se cumpla. Quizás así mejorará nuestra imagen en el exterior. Un eficaz manejo de las informaciones periodísticas hará que no vuelvan a pasar desapercibidos, por ejemplo, discursos como el pronunciado por el vicepresidente Carlos D. Mesa en Naciones Unidas.

Y el propio Mesa, en lugar de hacerse acompañar por sus incondicionales capaces de servirle de campana en Bolivia, debería preocuparse más bien de cultivar las relaciones públicas con los que manejan la información internacional, a menos que crea que está todavía en campaña electoral.

Quizás así importantes discursos como el que pronunció en Nueva York, en el que delineó la visión de Bolivia respecto al mundo y de si misma, merezcan, por ejemplo, más de las 300 palabras que le dedicó AP.





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