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Domingo 9 de diciembre del 2007
EL "GRAN DEMOCRATA"
Por
Hernán Maldonado
Tan sólo 48 horas después de elogiar al "gran demócrata" Hugo Chávez (Nestor Kirshner dixit), quizás varios presidentes maldijeron la hora en la que alabaron tan rapidamente al petrodictador por haber reconocido la madrugada del lunes los resultados del referendo que sepultó su intento de imponer en Venezuela el "socialismo del siglo XXI".
Y es que los mandatarios, temerosos de una violencia incontrolada, suspiraron aliviados cuando escucharon al sudoroso teniente coronel admitir a regañadientes la derrota de su proyecto totalitario. Hasta pasaron por alto que Chávez amenazó ahí mismo con no retirar "ni una coma" de su plan para convertir en el futuro a Venezuela en otra Cuba, aunque valiéndose de otros medios.
"Chávez es el primer demócrata en Latinoamérica", dijo el miércoles Evo Morales. Casi a la misma hora en Caracas el militar, todavía reconcomiado, obligaba al alto mando a gritar "patria, socialismo o muerte", como si su tésis no hubiera fracasado. Peor todavía, dijo que el pueblo venezolano no había acogido su alocado proyecto por "inmaduro" y en una demostración de su "respeto" al voto mayoritario dijo que sus adversarios habían logrado "una victoria de mier..."
La derrota dolió y mucho. Tal era la confianza chavista que a las 18.00 horas del domingo la agencia Reuters transmitió al mundo resultados favorables a Chávez 60-40 por ciento, "según informes oficiales". En toda su portada y en color rojo el diario oficialista VEA estaba por tirar a la calle su edición del lunes con las mismas cifras. Me acordé de aquél diario brasileño que tenía ya en prensa (sólo faltaba poner el resultado del partido) con "Brasil, campeón del mundo", aquél 16 de julio de 1950, el del célebre "Maracanazo".
48 horas antes del referendo, Chávez violó la prohibición de divulgar encuestas al afirmar que la opción por el SI obtendría hasta 20 puntos de ventaja. "Será más fácil matar cien burros a pellizcos que perdamos el domingo", dijo. Y perdió nomás, así que queda también como una bravuconada su promesa de gobernar "hasta que se me sequen los huesos".
Fue difícil convencerlo de su derrota, según cuenta Hernán Lugo Galicia, veterano periodista de El Nacional. Eso explicaria la demora en divulgar los resultados por el Consejo Nacional Electoral (CNE). En los comicios presidenciales del 2006, cuatro horas después de cerradas las ánforas ya se sabía su triunfo y media hora después lo admitió la oposición.
Ahora, con computos más sencillos, el asunto se hizo complejo porque aunque sus allegados le dijeron que el revés era irreversible, el hombre se empeñaba en tener a mano el 100 por ciento de los sufragios. Cerca de la medianoche, cuando la presión popular iba en aumento, el general Isaias R. Baduel, ex ministro de la Defensa y ex aliado de Chávez, le recomendó al CNE, serena pero firmemente, que era inconveniente alargar la espera. Simultaneamente algunos jefes militares le habrían dicho sutilmente a Chávez que no estaban seguros de que las tropas saldrían a reprimir a un pueblo decidido a morir antes que permitir se burlara su voluntad. Por eso es que no medió sino minutos entre la advertencia de Baduel y el anuncio del CNE.
Reuters rectificó, VEA retiró su edición, el alcalde de Caracas Freddy Bernal desmovilizó a sus paramilitares (los mantuvo acuartelados en espera de las órdenes del "líder fundamental" para ir a acallar a los opositores) y Venezuela "por ahora" desterró el peligro de la guerra civil. Pero deberá estar atenta porque el "demócrata" empezó a cobrar viejas cuentas, como lo prueba la persecución del ex gobernador Enrique Mendoza, artífice del triunfo del NO en el Estado Miranda, a quien le desempolvaron el sábado un expediente de hace cinco años.
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