Yoani Sanchez: No paran de temblarme las rodillas




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Lunes 18 de febrero 2013


“NO PARAN DE TEMBLARME LAS RODILLAS”

Por Hernán Maldonado

Era para no creerlo. La joven mujer que por años se ha enfrentado valientemente a la dictadura castrista, sin otra arma que su pluma, admitió: “No paran de temblarme las rodillas”, momentos antes de viajar hacia la libertad.

Yoani Sánchez, de 37 años de edad, inició este domingo un viaje de tres meses por una docena de países, para recoger premios, dictar conferencias, ser recibida por personalidades de la política y la cultura y por simples admiradores suyos.

“Haré escala en Panamá. Me han dicho que el aeropuerto tiene WiFi. ¡Qué maravilla!”, dijo la famosa bloguera cubana, sorprendida de esos adelantos tecnológicos tan comunes en nuestros países.

Y es que para Yoani por años ha sido cuesta arriba hacer que su opinión trascendiera las fronteras de Cuba, por más de que los medios más importantes del mundo pusieran sus páginas a su disposición.

Cuando nació Yoani, en 1975, ya Fidel Castro estaba en el poder 16 años. Tras culminar sus estudios universitarios como filóloga se desencantó con la dictadura y emigró el 2002 a Suiza con su esposo e hijo. Permaneció allí dos años y decidió volver a su país.

No le fue fácil. La dictadura le impidió hasta donde pudo el regreso. Yoani no se amilanó. Quizás allí decidió que haría conocer al mundo la realidad cubana. Fundó la revista “Consenso” a la que siguió su blog “Generación Y”, traducida en 17 idiomas. El 2009 llegó a tener 14 millones de lectores mensuales.

Ya el 2008 la revista Time la incluyó entre las 100 personalidades más influyentes del mundo. Se le galardonó con los premios Ortega y Gasset, de España y el no menos famoso Maria Moors Cabot de la Universidad de Columbia, Nueva York.

Fue invitada a dar conferencias y ser jurado en festivales de cine. Nunca le otorgó la salida el régimen totalitario, por considerarla “agente del imperio”.

Sus artículos, empero, de una u otra manera siguieron llegando y publicándose en diarios de Estados Unidos, como el Washington Post, Nueva York Times, en El País de España y en el Die Zeit de Alemania.

El 2009, el presidente Barack Obama destacó que los escritos de Yoani “proporcionan al mundo una ventana de las realidades de la vida diaria en Cuba”.

Una reforma migratoria aprobada recientemente por La Habana permitió que la bloguera obtenga un pasaporte en enero y con ello la posibilidad de viajar a los países que la esperan desde hace años.

Desde que lo obtuvo no ha podido tranquilizarse. Horas antes de partir escribió: “¡Qué domingo tan raro! Me levanté a las 4 a.m. Miré La Habana desde mi balcón para llevarme en la retina lo que se pueda”.

Cuántos miles no han pensado o dicho lo mismo la última vez que han visto a su ciudad antes de emprender el viaje a tierras extrañas.

Luego escribió: “Mi madre, que nunca ha salido de Cuba, me dice: hija tráeme en tus ojos y en tu memoria todo lo que veas por allá afuera”.

Yo, que ya llevo un chorro de años en Miami, la meca de la diáspora cubana y que he conocido a muchos otros luchadores de los derechos humanos olvidarse de su compromiso una vez que pisan tierras de libertad, caso Ricardo Bofill, me pregunto si Yoani no será una más.

Como si me escuchara, la valiente cubana escribió al anochecer del domingo: “¡Que ni sueñe el gobierno cubano que no voy a regresar. En Cuba nacerán mis nietos, me enterrarán al pie de un árbol y seguiré…! Así sea. Amén.