Los frutos de la intolerancia




Regreso al comienzo




Gracias por
firmar el libro
de visitas




Artículo
anterior






Opiniones




Libros




CHAT ROOM
Tema Libre

Miércoles 17 de agosto 2011


LOS FRUTOS DE LA INTOLERANCIA

Por Hernán Maldonado

Miami está cosechando estos días los frutos de la intolerancia política sembrada con tesón en los dos lados del Estrecho de la Florida. En más de medio siglo más de lo mismo. De un lado, la gusanera, los apátridas, los pitiyanquis... Del otro, los comunistas, los criminales, los castristas. ¿Hay posibilidad de un entendimiento?

Vivo en Miami hace ya un cuarto de siglo y no he visto ningún intento serio de aproximación entre castristas y anticastristas. Desde La Habana se asegura: No volverán. Desde esta orilla: No olvidamos, que es como decir: no los perdonamos el haber matado a nuestros padres, hermanos, el despojo de nuestras propiedades, el habernos exiliado...

El empresario Hugo Cancio anunció la presentación por primera vez en Miami del cantautor cubano Pablo Milanés el 27 de agosto y abrió las compuertas para que "el exilio militante" desate sus furias y amenace con boicotear la actuación apelando a toda clase de medios. Ya fueron vandalizados autobuses que promovían el espectáculo.

El concierto "es una afrenta. Milanés es un agente ideológico de un gobierno enemigo y patrocinador del terrorismo. No lo queremos en la capital del exilio", dijo Emilio Izquierdo, líder un grupo autodenominado Patriotas Cubano-americanos.

Cancio aseguró que no cancelará la presentación y advirtió con acciones legales para disuadir a los responsables de sabotear el espectáculo. Han sido ya vendidas unas 7.500 localidades en el Miami Arena, sede del Miami Heat, con aforo de 25.000 asientos.

¿Por qué a artistas cubanos como Gloria Estefan, Willy Chirinos, el castrismo no les permite actuar en Cuba? ¿Por qué los artistas castristas si pueden actuar en Estados Unidos? Son las preguntas recurrentes. También hay recuerdos amargos. A Celia Cruz, la gran guarachera, Fidel Castro no le dio permiso ni siquiera para ir a enterrar a su madre en Cuba.

Antes que Milanés ya otros artistas cubanos han actuado con mucho éxito en Estados Unidos, entre ellos los Van Van y más recientemente Silvio Rodríguez, otro ícono tan importante como Milanés, fundadores del Movimiento Nueva Trova. Tampoco fue raro que muchos de esos artistas decidieran desertar.

Milanés es quizás el más crítico de los artistas al régimen cubano. Condenó, aunque tibiamente, que la dictadura dejara morir de hambre al huelguista Orlando Zapata Tamayo y aboga porque los cubanos puedan entrar y salir de su país sin ninguna restricción.

Que Castro se haya servido y se sirva de artistas y deportistas no es novedad. Es una especialidad de los regímenes tiránicos. Recuerden la Alemania Nazi, la Italia de Mussolini, la España de Franco y muchos más ejemplos en nuestro patio. Ahora mismo, Hugo Chávez hace creer que el gran director de orquesta, Gustavo Dudamel, es fruto de su "revolución".

Las 23 organizaciones del exilio cubano que se oponen a Milanés olvidan que sus filas merman cada día dramáticamente, y que al menos desde hace 31 años hay otra generación de exiliados. Esos que crecieron y se formaron bajo el castrismo y que entonaron las canciones de Milanés. Más que políticos, son autoexiliados económicos.

Además, Milanés es un artista universal, como lo prueban sus conciertos ante multitudes en varias ciudades del mundo. Díganme si "El amor de mi vida" no es una canción escrita pensando en el ser querido que se fue tras un destino incierto.

Ojalá que un día Milanés pudiera cantar el fin de la intolerancia y el reencuentro del pueblo cubano.