Tierra Lejana-- Página de Hernán Maldonado




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Domingo 29 de mayo del 2005


"OTRA COSA ES CON GUITARRA"

Por Hernán Maldonado

Me pregunto si estos días el presidente Carlos Mesa se acuerda de la frases que acuñó o actualizó durante su largo reinado en la televisión nacional cuando en su función de "anchorman" era el fiscal implacable de los políticos, politicastros y politiqueros bolivianos.

Creo recordar que hasta los reyes de España le otorgaron un premio por el programa en el que destapó la nauseabunda olla de los narcovínculos en el Movimiento de Izquierda Revolucionario. "¿En qué momento se jodió el MIR? preguntó Mesa sin tapujos.

Fue tan demoledor el reportaje que el líder mirista Jaime Paz Zamora no tuvo más remedio que anunciar su retiro de la política en una hábil jugada que le evitó un vergonzoso juicio de responsabilidades y quizás la carcel. El que pagó los platos rotos fue su segundo, Oscar Eid.

Otra frase memorable, empleada varias veces, es aquella de: "Otra cosa es con guitarra". Se la espetó a bocajarro a Tito Hoz de Vila, ex ministro de Educación del gobierno de Hugo Bánzer.

Cuando el político era candidato al parlamento por Cochabamba hizo promesas que a la vuelta de la esquina, cuando fue ministro, no pudo cumplir. Como Hoz de Vila buscó pretextos, Mesa desde su santuario de P.A.T. le ametralló con la frase.

¡Claro! En Bolivia una cosa es ser opositor y otra gobierno. Ahora Mesa está tomando de su propia medicina. El hombre que tras cada noticia editorializaba dando pautas de lo que debe hacerse en Bolivia, ahora como máximo ejecutivo del país, se muestra vacilante, timorato, indeciso.

Como el principal conductor de la televisión nacional, su conducta apenas afectaba a los políticos de turno. Este no es el caso ahora. Mesa a pesar de ser un historiador de primera línea, parece no darse cuenta que las páginas que cree estar escribiendo como presidente ya fueron escritas por muchos de sus predecesores.

Algunos teóricos estiman de primera importancia que el presidente de un país debe conocer profundamente la historia. Se considera que no hay mejor conductor que aquél que maneja un vehículo pegado al retrovisor para ver lo que hay tras suyo.

La más reciente crisis en Bolivia muestra al historiador Mesa pusilánime. Ni siquiera el pronunciamiento "nacionalizador" de los coroneles "Julios" le recuerda las tribulaciones de Luis Adolfo Siles Salinas.

Mesa tampoco quiere darse cuenta que cuando acabe la pesadilla que vive no tendrá ni siquiera la autoridad moral para volver a ser periodista. ¿Con qué cara podría decirle a nadie más lo que debe hacerse en Bolivia?

Por eso es que creo que, en medio de las angustias de estos dias, Carlos Mesa, está convenciéndose de que "otra cosa había sido con guitarra", porque sabe ya el momento en el que se jodió.





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