Tierra Lejana-- Página de Hernán Maldonado




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Lunes 23 de septiembre del 2002


"UN HOMBRE DECENTE"

Por Hernán Maldonado


Confundido entre la multitud parece un abuelo bonachón. No lo sacan de quicio ni los empujones de los que se apretujan a su alrededor estirándole las manos. Don Enrique Bolaños parece tener todo el tiempo y a la paciencia del mundo para estrechárselas.

Si no fuera por una discreta escolta personal, difícilmente podría pensarse que es el actual presidente de Nicaragua. "Como está, amigo", me dijo cuando me puse a su alcance el pasado fin de semana en Miami en un acto público.

Tenía una enorme curiosidad por conocer a este hombre de finas maneras que ha puesto a su país, de palabra y obra, en guerra contra la corrupción.

Desde enero de este año, Bolaños reemplaza a Arnoldo Alemán, el ex alcalde de Managua que fundó el Partido Liberal Constitucionalista (PLC) y que de oscuro cafetalero pasó a ser líder político y presidente de la república.

Alemán, que tendría actualmente una fortuna personal de 250 millones de dólares, sostiene que todo es fruto del sudor de su frente y de una herencia familiar.

Agustín Jarquín, ex Fiscal de cuentas, asegura que el patrimonio del ex presidente creció en un 900 por ciento entre 1990 y el 2000, es decir en sus épocas de alcalde y presidente.

Hace tres años, mientras Nicaragua secaba sus lágrimas a raíz de la erupción del volcán Cerro Negro, Alemán llegó a Miami para comprometerse con María Fernanda Flores en una suntuosa fiesta realizada en los salones del exclusivo Hotel Biltmore, con suites de 1.500 dólares la noche.

Al margen del exclusivo menú, los finos licores servidos, los hermosos arreglos florales o el primoroso atuendo de la joven novia, la prensa miamense destacó el hecho de que la mayor parte de los 300 invitados eran miembros de su gobierno, quienes llegaron a Miami en aviones charter.

Ahora, cuando Bolaños está tomando al toro por las astas, surgen las pruebas de que el ex presidente, sólo en viajes, regalos, hoteles, joyas, agasajos a la novia de entonces, y después su esposa, se gastó la friolera de 1.8 millones de dólares, cargados a la tarjeta de crédito presidencial.

Pero eso apenas es la punta de la madeja, porque en Panamá se han descubierto depósitos de hasta por 10 millones de dólares. En total, las malversaciones alcanzarían a un centenar de millones de dólares, según el Procurador Iván Lara Palacios.

Alemán, con el desparpajo de un malhechor, logró la modificación de una ley y antes de dejar el poder se habilitó y fue elegido como diputado. En otros países del mundo un ex presidente cuando menos busca una representación diplomática.

Pero no era este el caso de Alemán. Lo que le interesaba era la inmunidad parlamentaria. Resultó electo en los comicios del año pasado y de inmediato al instalarse el parlamento se hizo elegir presidente del Congreso.

Desde este cargo, y amparado en la mayoría de sus conmilitones del PLC, frustró una y otra vez los pedidos para ser desaforado y enfrentarse a la justicia, tal cual lo pidió la juez Gertrudis Arias.

Mientras más se aferraba a su inmunidad parlamentaria, surgían más escándalos de malversación de fondos. La semana pasada varios diputados que le eran fieles empezaron a mostrarle las espaldas.

Alemán, culpó de sus tribulaciones a Bolaños, pero este repitió que no interferiria en ninguna de las acciones de los Poderes Legislativo y Judicial y que en su gobierno no toleraria ningún mal manejo de fondos públicos. "El que mete la mano, la pierde", dijo.

Bolaños dejó que el propio legislativo conformará una nueva mayoría con sandinistas y "arnoldistas" disidentes, quienes eligieron otra directiva y destituyeron el jueves a Alemán. El próximo paso es la pérdida de la inmunidad parlamentaria para el eventual juzgamiento.

Nicaragua está por primera vez en su historia cerca de poner a un expresidente en el banquillo de los acusados. "Esto no es sólo por Nicaragua, sino por todos los pueblos que luchan contra la corrupción", me dijo Bolaños.

En las afueras del consulado nicaragüense en Miami había crecido el gentío deseoso de saludar a este soldado de la lucha anticorrupción. "Y es que don Enrique es un hombre decente", me dijo una mujer emocionada agitando una banderita azul y blanco.

Recordé que Bolaños, cuando en enero tomó posesión del cargo, dijo que aspiraba a que Nicaragua no tenga presidentes, sino estadistas. Por ese camino va.





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