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26.12.05

Así tenía que ser, aunque no les guste

VeDoble (Los Tiempos-Cochabamba-Bolivia)

Que se la chupen, porque sólo suya es la culpa: los residuos de una casta política ensoberbecida, tendrán ahora que revolcarse en la misma cama con la indiada bloqueadora y levantisca. El castigo electoral les obliga a felicitar a Evo de dientes para afuera y a hacer lacrimosos llamados a la "unidad de los bolivianos", invocando una paz que no signifique mucha merma para sus intereses.¡Cómo no añorar su bella época, cuando tenían la torta estatal todita para sí! Menos mal que están acostumbrados a tragar sapos en nombre de la democracia: ya antes tuvieron asquitos cuando fue inevitable codearse con el cholerío condepista y con el populacho ucesista. Pero nunca imaginaron que después morderían el polvo ante la chusma campesina.Los círculos dominantes ven el ascenso de las masas con un temor no exento de asco; pero si leyeran historia sabrían que es inevitable: los cristianos eran algo así como un cholerío despreciado por los romanos "decentes", hasta que Constantino se hizo paladín de la fe para no perder el trono. Plebeyos comenzaron las Cruzadas, y las terminaron reyes. La Revolución Rusa fermentó entre intelectuales y obreros, y terminó en brazos de una "nomenklatura" exclusivista. El comunismo chino, de raíces campesinas, culminó en una excluyente partidocracia. El peronismo argentino, descamisado y alpargatado, acabó encumbrando a Menem, petimetre piola y neoliberal. Los aniversarios de la Revolución Francesa se celebran con fastuosos banquetes, sin los mugrientos ciudadanos que la hicieron. Obreros y campesinos encumbraron a Víctor Paz, que se convirtió en niño mimado del imperialismo.Lo dijo Cicerón hace siglos: "las religiones nacen entre pobres y mueren entre ricos", o sea que los elitistas de hoy son los populistas de ayer, y viceversa. Lo mismo ocurre en la política: la aristocracia empresarial boliviana derrotada por Evo nació del zafarrancho populista que se llamó "revolución nacional" y los partidos "decentes" son resabios del cholo MNR que les dio status político y social. Pero hoy olvidan a la abuela con pollera.Esta es una constante en la historia de la humanidad, y de otro modo las sociedades se estratificarían. El abuso del poder produce fatalmente resistencia, y surge primariamente un sentimiento de reivindicación, que se convierte después en idea, luego en ideología y finalmente en acción. La democracia, al proclamar justicia e igualdad y favorecer solapadamente a elites, es un peligro para sí misma porque no puede evitar la aparición de nuevos líderes y movimientos de masas proclives a desmantelar la estructura de privilegios construida a su sombra. Una sociedad dividida en clases, con profundas diferencias económicas, incita fatalmente al ascenso de sectores marginados, que casi siempre comienzan con protestas violentas, porque no tienen formación, talento ni oportunidades para competir con las reglas de juego impuestas.La vida de los pueblos está siempre dirigida por pocos individuos bien asentados en diversos sectores de actividad: economía, comunicaciones, clero, milicia, etc, bien soportados por tecnócratas, expertos y asesores que disfrutan de triunfos personales a expensas del fracaso colectivo. Pero un medio ferozmente competitivo incentiva el llamado "darwinismo social" o lucha por la supervivencia, y los marginados incultos, desaseados y feos se trepan al cogote de los privilegiados. Ya lo dijo Wilfredo Pareto, en su teoría de "circulación de los selectos": el cambio social es inevitable, y exige un continuo relevo, por lo menos parcial, de las clases dirigentes.